Los “apellidos” del PP catalán
De hacer caso a las cuitas que salen de los populares de Cataluña, hay que concluir que el partido tiene más facciones que candidaturas a las últimas elecciones municipales. ¿Exagerado?
lleva candidatos “de” Dolors Montserrat, “de” Alberto Fernández Díaz, “de” Xavier García Albiol, “de” Daniel Sirera y, se supone, puesto que va él, del propio número uno. O sea, permítanme llevarlo al absurdo, allí nadie es del PP, todos son de la camarilla de algún ilustre.
Y, además, cuentan que esa candidatura se ha confeccionado “dirigida” por Génova. Con estos bueyes hay que arar.
Hace muchos años que los populares en Cataluña viven aislados del trabajo interno que siguen sus siglas en el resto del país. Son los únicos que en lugar de pensar en hacer política eficaz para la gente, andan enredados siempre en estrategias, bien para acabar con el nacionalismo, bien para tenderle la mano, según sean las necesidades de su formación a nivel nacional. Así les ha ido.
No es razonable que no se haya seguido la senda de algunos alcaldes, como García Albiol en Badalona o Manu Reyes en Castelldefels, que vieron cómo pegados a las necesidades de sus vecinos se consiguen éxitos imposibles en otros sitios de Cataluña, donde ni siquiera son capaces de presentar una candidatura cada vez que se eligen concejales. Sólo 227 listas de un total de 947 localidades presentó el PP en los comicios locales pasados.
La flojedad del partido regional, me imagino, es lo que a día de hoy más preocupa a Alberto Núñez Feijóo. No veo al líder popular tomando la decisiones en función de si le cae mejor o peor Alejandro Fernández. El presidente nacional del PP es consciente de que esa debilidad en Cataluña de su formación fue el factor más importante que le alejó de La Moncloa el 23 de julio del pasado año. Necesita corregirla para que no le vuelva a lastrar en las próximas elecciones generales.
De ahí sus reticencias a encumbrar a Alejandro Fernández como candidato a la Generalitat. El cuartel general nacional bien sabe que el 12 de mayo el poder actual de sus siglas les llevará a un resultado cerca de los catorce diputados, pero es consciente que luego necesita trabajar en una organización de partido adecuada para que cuando lleguen las generales puedan jugarlas.
Alejandro Fernández, por desgracia, ha demostrado estos años ser un muy buen parlamentario al que le aburre trabajar las cuestiones importantes para implantar sobre el terreno su formación política.
Feijóo no quiere en Cataluña un líder regional solo capaz de hacer grandes discursos de dos minutos en el “parlament” que vuelen por las redes. Sobre todo, busca un presidente regional habilitado para construir una estructura que en vez de tener lista en el 25% de los municipios de Cataluña cubra el 80%. Por ello es tan importante una nueva dirección regional.
En el Partido Popular de Cataluña hay muchos apellidos, pero faltan manos para implantar estructura territorial. A.M.BEAUMONT