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Begoña Gómez, el Falcon y la “koldotrama”

Maqueta del avión Falcon 900 que el PP situó en Madrid junto a un cartón a tamaño real de Pedro Sánchez.

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Las noticias sobre la red de corrupción socialista siguen esparciéndose por los medios. Cada día nos despertamos con una información periodística de un nuevo pelotazo del clan mafioso del PSOE. Francina Armengol, presidenta del Congreso, está en todos los “fregaos”. La misma esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, aparece muy salpicada como conseguidora de subvenciones millonarias para empresas con las que colaboraba y amigos que frecuentaba.

Pero, si esta es la verdad del día día mediático, sin embargo, el sanchismo “oficialmente” ha decretado la omertá: se ha dictado la ley del silencio. Nadie habla. Ninguno da explicaciones. Al revés, cuando algún ministro o dirigente socialista alza la voz es para acusar de corrupción a mandatarios del PP. El mundo al revés. La hipocresía como síntoma de la normalidad.

Así es todo. Fíjense esta Semana Santa, hemos visto como el Falcon “de” Sánchez tuvo que darse la media vuelta por un problema técnico cuando llevaba al presidente y su familia a pasar unos días de vacaciones a “su” Palacio de las Marismillas en Doñana. Un avión militar y una residencia del Estado para una actividad privada de Sánchez, su mujer e hijas. ¿Alguien ha dado explicaciones? No.

¿Debe el presidente y su familia disfrutar de los recursos del Estado para su uso particular? Pues si desea hacerlo debería estar respaldado por alguna ley que lo permitiera. Y, ahora mismo, tal disposición no existe. De ahí que a muchos, tanta falta de complejos, nos ponga los ojos como platos. Con todo, nunca pasa nada si el protagonista es el líder socialista o alguien de su clan.

Seguramente, este allanamiento de elementos públicos, como aviones del Ejército o palacios, por vistoso que sea no es el más nocivo. Porque Sánchez, hace mucho, decidió poner a su servicio particular todo el Estado.

Veamos hasta qué niveles ha llevado al CIS, colocando al frente a un insigne militante del PSOE como José Félix Tezanos; o RTVE, que como no contrataban un programa que deseaba para la noche ha destituido a su presidenta para imponer al frente a una auto-confesa socialista como Concepción Cascajosa. España, cada día más, es un suma y sigue de instituciones que deben ser de todos al interés de lo que marca “el dueño” de La Moncloa. La mano larga de Sánchez llega cada vez a más sitios. Sufrimos un Estado colonizado por el sanchismo.

“¿De quién es la Fiscalía?”. Pues eso. Igual el Congreso de los Diputados, cuya presidenta, Francina Armengol, es una ministra más a las órdenes del presidente del Gobierno. Todo lo que toca Sánchez lo hiela para descongelarlo, cuando lo necesita para su interés particular. A.M.BEAUMONT

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