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La censura de Sánchez se impone: nadie pregunta por Begoña

Moncloa ha conseguido imponer un régimen de silencio absoluto sobre este asunto. Hay orden de no hablar de la mujer del presidente, y para ello se veta a periodistas y medios

Begoña Gómez

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La mujer de Pedro Sánchez está en el ojo del huracán por diversas informaciones periodísticas que la vinculan a la trama Koldo y le achacan una serie de actividades suyas para favorecer ante el Gobierno a algunas empresas que, a su vez, patrocinaban las actividades de su máster. Sin embargo, en Moncloa han conseguido imponer un régimen de silencio absoluto sobre este asunto.

Ese silencio no sólo atañe a los ministros de Sánchez, a los que se ha transmitido la orden de no hablar de Begoña Gómez, sino también a los periodistas. Tanto es así que nadie ha preguntado a Pedro Sánchez aún por esta cuestión y prácticamente a nadie del Gobierno.

De hecho, la primera vez que se ha oído mencionar el nombre de Begoña Gómez en la sala de prensa de la Moncloa ha sido este martes pasado, cuando el periodista Juande Colmenero se atrevió a preguntar por ese asunto a la portavoz, Pilar Alegría. Tan novedoso resultó que, hasta Vicente Vallés, en su informativo nocturno en Antena 3, se refirió a ese momento inédito hasta la fecha. Cuando sucede esto, es obvio que hay que preocuparse.

¿Cómo es posible que ocurran estas cosas? Pues simple y llanamente vetando a periodistas y medios a los que nunca se concede un turno de preguntas. Los afortunados suelen ser siempre los mismos, compañeros de medios afines al Gobierno que se autocensura y nunca preguntan por una cuestión que debería ser ineludible. Increíble, pero cierto.

Puestos a elegir, hay que decir que es preferible estar en el grupo de los vetados que en el de los autocensurados. Es mucho más digno a la par que mucho más incómodo, claro, porque preguntar lo que molesta no es sencillo y suele ir acompañado de represalias o del vacío de los propios compañeros periodistas.

Lo de no poder preguntar en Moncloa está pasando de castaño a oscuro. Por supuesto a nosotros, ESdiario, no nos han dado la palabra nunca, pero no somos ni mucho menos los únicos. OKdiario y The Objective denuncian lo mismo: un veto permanente a los medios críticos.

La otra parte de la estrategia de veto consiste en reducir al máximo las ruedas de prensa de Pedro Sánchez. En España no ha habido ninguna desde diciembre. Es fuera de nuestras fronteras donde el presidente responde a dos o tres preguntas formuladas por los periodistas habituales que le siguen en sus viajes, es decir en un entorno mucho más controlado.

Es imposible negar que el hecho de que no se pregunte a Sánchez por las actividades de su esposa es una anomalía que denota censura monclovita o autocensura impuesta desde los propios medios. Ante eso, la Asociación de la Prensa debería reaccionar de manera inmediata en defensa de los vetados, exigiendo al Gobierno que permita preguntar a todos, no solo a los ‘amigos’ y velando porque ningún periodista sea coaccionado de una manera u otra.

A la larga lista de instituciones y organismos tomados por Sánchez -Correos, el CIS, Renfe, etc- hay que sumar ahora otro: la sala de prensa del complejo de la Moncloa. Allí se ha impuesto la ley del silencio ante determinadas cuestiones espinosas, ninguna tanto como la de Begoña Gómez.