Sánchez ha ordenado hacer picadillo a YO-Yolanda
Yolanda Díaz se deshace como un azucarillo en agua. Ha construido un proyecto político personalista, YO-YOlanda, que se ha convertido en una cáscara de nuez vacía. Es la historia de un abrir y cerrar de ojos. De un capricho.
Lógicamente, cuando lo único que cuenta en un proyecto político es la apariencia, ésta dura lo que funciona la máquina mediática que te engrasa. Si, además, los medios promotores juegan a dar "vidilla" para favorecer la carrera de Pedro Sánchez, el patrocinio dura lo que quiera quien paga la fiesta. Y las vitaminas que La Moncloa repartió para Díaz se han terminado.
Ahora, la política gallega asiste depresiva al derrumbe de una torre levantada sobre arena. Todo era de cartón piedra. Ficción. Ya no es capaz de manejar ni a sus más cercanos colaboradores, que huelen a muerto cada vez que su líder entra en la habitación. Las risas han tornado en lágrimas y las cañas son ahora lanzas afiladas que se vuelven sobre ella. El País Vasco, en una semana, va a ser una piedra más en su camino para tropezar. Las botellas de cava, en esa nebulosa que es la izquierda a la izquierda del socialismo, están frías para celebrarlo. A.M.BEAUMONT