Cerrar

Pedro Sánchez y Feijóo se saludan antes de su última reunión (30 de agosto de 2023)-

Creado:

Actualizado:

Vamos a ver, si algo ha demostrado el teatrillo montado por Pedro Sánchez estos días es su propia debilidad. Es un mandatario acorralado por la corrupción de su Gobierno, la de su partido y la de sus pactos. Estamos ante un ególatra huyendo hacia adelante para salvar los muebles con la inestable ayuda de la polarización. Eso es todo.

Sánchez es un político que no puede gobernar. Amortizado. No tiene Presupuestos ni proyecto que ejecutar y ha iniciado un camino de ruptura para tapar su nada. La cobra de dimisión de Sánchez ha sido un paripé, una farsa. Al final, cinco días de teatro con los españoles de espectadores. Todo ha sido un espectáculo. Hasta al Rey ha sido convertido en actor secundario de la película. Como dijo Óscar Puente: el “puto amo”, pero de la escena.

De ahí que el centro derecha no deba caer en su juego. Alberto Núñez Feijóo tiene que actuar con la cabeza fría. Las vísceras, a las que desea llevarnos el sanchismo con su “carta de amor” a la sociedad, deben dejarse para otros asuntos. A Sánchez, claro, le encantaría que el PP cayese en su trampa para osos. Que, a partir de aquí, sean los discursos catastróficos los que se impusiesen en Génova: los periodistas críticos corren riesgo, los jueces van a ser linchados, el sistema democrático va a ser finiquitado. ¿Cómo va a acabar con la democracia española un hombre que no ha sido capaz de defender ni a su esposa? Ni sabe ni puede: es un mindundi político.

El tacticismo 'sanchista' busca remover las vísceras. Sabe bien que eso haría que la gente de centro y derecha vote con el corazón y eso la divide más. Porque el teatro de Sánchez estos días fundamentalmente ha buscado comerse a Sumar (Comunes en Cataluña) y robarle parte del pastel a ERC. Los votantes de estas formaciones no van a acudir a las urnas dentro de dos domingos -o más tarde en las europeas- a apoyar al PSOE, con lo que se sentirían incómodos, sino a Sánchez luchando con todas sus fuerzas contra el dragón “reaccionario”. Lo primero, lo de reunir a toda la izquierda tras él, lo ha conseguido con su jugada. Ahora, lo de crear un brecha mayor en el camino de reunificación de PP y Vox para cerrar la etapa Sánchez, depende de la decisión de las mentes genovesas. A.M.BEAUMONT