La sorpresa apoteósica de Carles Puigdemont

Vivimos en la política de las “sorpresas”. Pedro Sánchez inició la campaña electoral de Cataluña reflexionando sobre si continuar o no. Fueron cinco días deshojando la margarita, más dos de resaca posterior, en los que el presidente no dejó espacio informativo a nadie más. Marcó agenda y tiempos. Todo un éxito que le ha permitido, sin duda, tomar aire y darle vidilla a una clase política demasiado encorsetada y apegada a la bronca.

A cinco días escasos de que los catalanes voten, nos damos de bruces con distintas informaciones que señalan la posibilidad de vivir otra gran “sorpresa”: el fugado de la Justicia de Waterloo podría presentarse en España para cerrar triunfalmente la campaña de Junts. Sería el epílogo perfecto de Carles Puigdemont antes de la amnistía.

Un desafío mayúsculo a los jueces españoles. ¿Lo detendrán? Seguramente si, aunque pronto se le ponga en libertad una vez declare ante el juez. Desde luego, el día de reflexión y de la votación lo marcaría mediáticamente el “president en el exilio” regresado. El protagonismo más absoluto. La democracia de audiencia avanza inexorable.

A.M.BEAUMONT