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Armengol contra las cuerdas: ‘mordidas’, Koldo y mascarillas

¿Qué hacía una presidenta autonómica hablando con un asesor de un ministro? Si no hablaron de traer mascarillas de China, que era para lo que llamaba Koldo a diferentes comunidades

Francina Armengol en el Senado

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La presidenta del Congreso y ex presidenta de Baleares, Francina Armengol, reconoció este lunes en la comisión de investigación del Congreso que habló con Koldo García, pero nunca de contratos de mascarillas. Antes de eso, el ex director del Servicio de Salud de Baleares, Manuel Palomino, había reconocido que las mascarillas se compraron por recomendación de Koldo, por aquel entonces asesor del ministro de Transportes, José Luis Ábalos.

¿Qué hacía una presidenta autonómica hablando con un asesor de un ministro? Si no hablaron de traer mascarillas de China, que era para lo que llamaba Koldo a diferentes comunidades autónomas, ¿de qué hablaron? Quizás la jefa del Gobierno balear conversó con el antiguo escolta y portero de club de alterne de física cuántica o de aperturas de ajedrez, pero parece poco probable.

Armengol, para quien no la conozca, es experta en negar la evidencia. Ya lo hizo en plena pandemia, cuando estábamos todos encerrados en casa, y la sorprendieron de copas en un bar de Palma de Mallorca que incumplía el horario de cierre.

La presidenta explicó entonces que su perro se había comido los deberes… o algo parecido. Según dijo, era una cena de trabajo tras la cual tomaron una copa. Si se excedió en el horario permitido fue porque tuvo que socorrer a un compañero que se sintió indispuesto.

Por supuesto, se negó a dimitir entonces, capeó el temporal como pudo y tras perder las elecciones autonómicas, Pedro Sánchez la premió con la presidencia del Congreso de los Diputados. El tiempo le ha dado la razón al presidente del Gobierno porque su labor al frente de la Cámara Baja ha sido insuperable… para los intereses de Sánchez, claro.

Así que podemos ir perdiendo cualquier esperanza de que Francina Armengol dimita. Muy mal se le tiene que poner la cosa para verse obligada a hacerlo. Mientras tanto tendremos a una presidenta del Congreso que charla con imputados por corrupción sobre historia de la filosofía y termodinámica, como es habitual.

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