Asuntos de familia: Sánchez, ante ocho días complicados
La Diputación de Badajoz ha aprobado una comisión de investigación sobre el hermano del presidente, que comparece en el Congreso para hablar sobre su mujer
El calendario no debe de ser ahora mismo el mejor amigo de Pedro Sánchez. Cuando mire su agenda para los próximos ocho días verá tres citas marcadas en rojo que pueden complicarle la existencia, que tienen que ver con asuntos familiares propios o de la oposición y sobre los cuales deben muchas explicaciones a los ciudadanos.
Para empezar, la Diputación de Badajoz ha aprobado una comisión de investigación sobre el hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez Pérez-Castejón. El músico, conocido artísticamente como David Azagra, trabaja para la Diputación aunque, según acusa al PP, entró por enchufe y no acude a su puesto de trabajo. Además, dicen los populares, reside en Elvas, Portugal, con el objetivo de pagar menos impuestos en España.
Pero ese es sólo el aperitivo. El próximo miércoles, 22 de mayo, Pedro Sánchez comparece ante el Pleno del Congreso para informar, entre otros asuntos, de la actividad profesional de su esposa, Begoña Gómez, como conseguidora de fondos -públicos y privados- para su actividad docente tanto en el Instituto de Empresa como en la Universidad Complutense.
La apertura de una investigación judicial en los juzgados de Madrid sobre este asunto de Begoña Gómez fue el motivo que adujo el presidente del Gobierno para retirarse durante cinco días a reflexionar si continuaba al frente del Ejecutivo o abandonaba la política. La farsa, que es lo que fue, culminó con la promesa presidencial de un combate activo contra los “pseudomedios” que le acosan con “bulos” desde hace una década.
En todo caso y aunque parece evidente que intentará presentarse como una víctima, lo cierto es que también le tocará dar explicaciones y, sobre todo, soportar a la oposición del PP y Vox, Feijóo y Abascal, atacando con dureza el proceder de Sánchez en este turbio asunto que, más allá de lo que decida el juez, no tiene un pase desde el punto de vista de la limpieza que exige una democracia.
Y pasado ese trago, solo dos días después, le espera otro relacionado con Alberto González Amador, el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que presentó una querella contra la fiscalía por presunta filtración de datos particulares. El juez que investiga el asunto le ha citado el viernes para ratificar los hechos que su querella.
El tema debería preocupar sobremanera al fiscal general, en el punto de mira por su servilismo hacia el Gobierno de Sánchez. Álvaro García Ortiz afirmó en público que él era el máximo responsable de la nota de prensa de la fiscalía por la que se ha querellado González Amador. Estamos ante un caso claro de utilización de los resortes del poder para atacar a un rival político, algo más propio de una república bananera que de un país de la Unión Europea.
En definitiva, asuntos de familia, propia y ajena, que traen de cabeza a Pedro Sánchez y que se meten ya en la precampaña de las elecciones europeas del próximo 9 de junio, a la vuelta de la esquina.