Feijóo y Abascal, a garrotazos
El PP y Vox se pelean. Es cierto, la gente que vota al centro-derecha lamenta que dos partidos cuyo objetivo es cerrar el 'sanchismo' se líen la manta a la cabeza y luchen entre ellos. Aunque, bien visto, esta pugna es de lo más normal entre siglas fronterizas y que, por eso mismo, compiten por una franja de electores.
Antes, claro, para los populares resultaba todo más cómodo. Ese espacio lo tenían reservado en exclusiva. Pero ya no es así y, viendo el trabajo territorial que hacen los de Santiago Abascal, será complicado verlos diluirse como un azucarillo del momento político, como ha ocurrido con Ciudadanos. Así que la pelea no tiene visos de terminar pronto.
Lo que resulta más curioso es el momento elegido para elevar el tono. El PP tiene poco que rascar en el electorado de Vox en una campaña europea como la actual. De ahí que se entienda mal el discurso genovés cargando contra el partido verde.
Si Feijóo debe conquistar algún espacio en estos días hasta el 9J, precisamente, es el más retirado de Vox: el del votante moderado harto de los guiños de Pedro Sánchez al radicalismo. Es enrevesado entender el motivo por el que el presidente nacional del PP y la Fundación FAES de José María Aznar, al unísono, cambian de caballo justo a mitad de la carrera para atizar a Abascal y los suyos.
A no ser que se busque, criticando a Vox, penetrar con mayor facilidad en ciertos sectores de centro-izquierda hartos de sanchismo pero, igualmente, temerosos por los “hermanamientos” del Partido Popular con la formación a su derecha. A.M.BEAUMONT