Sánchez y su montón de mentiras
Pedro Sánchez, horas antes de comenzar su “sentida” reflexión de cinco días, supo que Begoña Gómez estaba imputada por el juez. Escondió ese dato tan relevante en su “carta a la ciudadanía” de aquel miércoles.
Regresó el lunes siguiente y se presentó delante del Rey para comunicarle que iba a decir, poco después, en una declaración institucional, que había decidido seguir. En ese momento tampoco le pareció conveniente comentar nada de la investigación a su esposa. Más aún, tachó todo de bulo.
Se enfrentó a una campaña electoral en Cataluña tapando ese “nada importante” dato personal, que afectaba a su esposa, imputada judicialmente por tráfico de influencias, y a él mismo. Hizo diversas declaraciones esos días en medios, donde sin ponerse rojo de vergüenza dijo desconocer de qué se acusaba a su esposa. Y ello a pesar de ya disponer del auto judicial desde bastantes días antes.
Desde luego, el presidente del Gobierno ha sido un suma y sigue de falsedades, de tomar por tontos a los españoles. Peor todavía, unas semanas antes, el secretario general del PSOE solicitó a Alberto Núñez Feijóo el cese de Isabel Díaz Ayuso en vista de que su pareja estaba siendo investigado. ¿Y ahora qué?
A José Luis Ábalos, su hombre para todo en el partido y en el Gobierno, le exigió que entregase el acta de diputado cuando saltaron las primeras noticias del “caso Koldo”, en el que uno de sus asesores, Koldo García, esta siendo investigado por la trama corrupta de la compra de mascarillas durante la pandemia. Ábalos, de momento, no está imputado. ¿Hay un doble rasero en el socialismo?
Cuando se han descubierto la sucesión de mentiras del presidente del Gobierno, una vez levantado el secreto del sumario, no porque lo haya aclarado el inquilino de La Moncloa, ¿tiene algo que contar Sánchez a la “ciudadanía”? ¿O va a seguir cerrado en acusar a cualquiera que le critica de estar en una enorme conspiración en su contra? A.M.BEAUMONT