Paco Camps, absuelto y limpio 15 años de sufrimiento después
Tras sufrir un linchamiento público brutal, la Justicia declara inocente al expresidente de la Comunidad Valenciana. Ahora, reforzado, incluso se plantea volver a la primera línea política.
Eran las doce y media del mediodía del pasado miércoles cuando las alarmas de los móviles saltaban pora dar la noticia de la absolución completa del ex Presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, de todas las causas judiciales que el político ha venido padeciendo en los últimos quince años.
A los pocos minutos de producirse la noticia, los teléfonos de Paco Camps, ardían de llamadas y de comunicaciones vía WhatsApp de amigos y compañeros que, al conocer la noticia, querían felicitarle personalmente pero resultaba imposible. Sólo había una manera de hablar con Paco en esos momentos de alegría y era contactar con su fiel y paciente secretaria Susana, su brazo derecho y la persona que junto a su familia más cerca ha estado y más ha sufrido los 15 años de persecución. Demandas, querellas y actuaciones judiciales contra un político cuya única culpa ha sido ser el azote de la izquierda en la Comunidad Valenciana y uno de los políticos más influentes en la política nacional.
A Paco Camps se le impusieron un total de 10 demandas derivadas de la visita del Papa a la Comunidad Valenciana, de la celebración de una carrera de Fórmula 1 en la capital del Turia, de una posible implicación del 'caso Noos' o de una acusación de una posible financiación irregular del PPCV. Sin embargo lo cierto es que ha salido indemne de todas y cada una de las demandas y acusaciones sin responsabilidad ni pena alguna.
Este doctor en derecho de 61 años, que en su día fue una de las personas más influyentes en la política regional y nacional -ya que dada su fuerza electoral se convirtió en uno de los principales apoyos de Rajoy, siendo valedor indiscutible del político gallego- ha sufrido no sólo la pena del telediario, sino uno de los peores castigos que puede sufrir un político: el ostracismo absoluto, el abandono y la más absoluta soledad, quedándose rodeado de un puñado de personas muy íntimas y que siempre creyeron en él.
Además como el objetivo era “ eliminar socialmente al político”, Paco Camps tuvo que sufrir ver su nombre en 167 portadas de un determinado periódico y sobre todo el deshonor de su imagen personal y profesional por el mero hecho de ser del Partido Popular.
Ahora, quizás en caliente y por la alegría de haber demostrado su honradez, con la única culpabilidad de ser quien elección tras elección derrota a la izquierda con su sempiterna pareja de baile política, Rita Barberá, Paco Camps expresa su deseo de regresar a la política, someterse a la urnas y demostrar a todos que es el de siempre, con la fuerza de siempre y capaz de volver a estar en primera línea. Insinúa haber hablado con Feijóo y Mazón para decirles que se pone al servicio de su partido y que se considera apto para ganar allí donde le quieran poner.
Sinceramente, Paco ya ha ganado. Paco ha demostrado su honradez, su gallardía, su capacidad de lucha durante 3 lustros, en la soledad de su despacho, siendo escuchado por pocos y callado por demasiados. Y todo porque de manera honrada era imposible ganarle pero lo cierto es que les ha ganado por goleada en honor, limpieza y honestidad.
Paco, aunque sabemos de tu capacidad, de tus ganas y de ese mal virus interno llamado política, la pregunta ahora es: ¿merece la pena volver a un campo de barro como es la política y en donde todo vale para eliminar al adversario que pudiera estar en la propia casa? Lo digo sin rubor pero ayer junto con Susana, ese brazo eficaz y alargado en la gestión de las cosas de Paco Camps, alguna lágrima de emoción, alegría y justicia vinieron a mis ojos.