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Llueve sobre mojado: Begoña Gómez también ‘privatizó’ el nombre de la cátedra

Registró a su nombre la denominación “TSC, Transformación Social Competitiva” que tiempo después, en 2023, se convirtió además en el nombre de su propia empresa.

Begoña Gómez

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ESdiario publica este jueves una nueva exclusiva sobre Begoña Gómez, otra muesca en la culata de sus actuaciones como mínimo extrañas y poco estéticas. En marzo de 2020, la esposa del presidente del Gobierno se apropió del nombre de la cátedra que dirige en la Universidad Complutense de Madrid. Así, según figura en los documentos que reproducimos, registró a su nombre la denominación “TSC, Transformación Social Competitiva” que tiempo después, en 2023, se convirtió además en el nombre de su propia empresa.

Llueve sobre mojado porque es la segunda vez que tenemos noticia de una ‘privatización’ por parte de Begoña Gómez de algo que en principio pertenece a la Universidad Complutense. Lo primero que supimos fue que registró a nombre de su empresa la aplicación donada de manera desinteresada por Indra, Google y Telefónica al máster que dirigía la esposa de Sánchez en la Complutense.

La "Plataforma de medición de impacto Social y Medioambiental. TransformaTSC.org", que así se llama esa herramienta donada a la universidad, tuvo un coste de desarrollo de unos 150.000 euros. Begoña Gómez le pidió a las tres empresas que donaran ese programa informático a su máster y luego lo registró a su nombre, se lo apropió, tal y como puede comprobarse en la documentación que ofrecemos a nuestros lectores.

Los documentos que prueban los dos hechos están ahí. Nadie mínimamente objetivo podría calificar de bulo ni de fango una información contrastada y respaldada por documentos oficiales. ¿Es delito es doble apropiación de Begoña Gómez? No nos corresponde a nosotros emitir un veredicto jurídico. Sí podemos emitir uno político y afirmar que es extraño, sospechoso y poco edificante que la mujer del presidente haga estas cosas.

Begoña Gómez se valió de su posición de esposa del presidente del Gobierno para pedirle a Indra, Google y Telefónica que regalaran una herramienta de 150.000 euros a la Complutense, pero luego ella la puso a su nombre. Además, antes de eso ya había registrado para ella el nombre de la cátedra que dirigía también en esa misma universidad.

Todo es extraño en la relación entre esta institución académica y Begoña Gómez, comenzando por el hecho de que una persona como ella, sin título universitario oficial y por supuesto sin doctorado, dirija una cátedra. Y más extraño resulta aún la pasividad de la Universidad Complutense ante la doble apropiación de sus recursos por parte de la esposa del presidente. Nadie se ha pronunciado y nadie se ha quejado. Cualquier malpensado podría creer que es así porque Gómez es la mujer de Sánchez