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Elecciones europeas 9J: si tú no vas a votar, ellos se quedan

Los españoles tenemos la oportunidad de decirle a Sánchez que no queremos ser súbditos sino ciudadanos libres e iguales, que no nos sometemos a ningún amo y defendemos nuestra Constitución.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto a su mujer Begoña Gómez, la candidata del partido a las europeas, Teresa Ribera, y la vicepresidenta María Jesús Montero.

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Nunca unas elecciones europeas fueron tan transcendentales como las del próximo 9 de junio. Tan transcendentales e influyentes en la política interior de España.

El próximo domingo nos jugamos que el gobierno de Sánchez tenga pista libre para poder seguir menoscabando principios democráticos como es la libertad e igualdad, porque los electores debemos tener claro que al día 9 le sigue el día 10, día en que el sanchismo político y periodístico hará balance y según haya sido el resultado electoral planificará, o no, el asalto a las pocas instituciones que aún quedan fuera del control gubernamental. De eso mismo se tratan estas elecciones europeas.

Si no votas, Sánchez considerará que has avalado su figura y se seguirá riendo de los españoles. Pero si votas es necesario que tengas en cuenta que el sanchismo político y mediático, con el único partido con el que se medirá -respecto a porcentaje de voto y diputados elegidos- es con el PP. Sánchez no sumará los votos del centro y la derecha y los comparará con la izquierda, sino que pondrá en la balanza únicamente los votos del PSOE y los del PP. Con esa fotografía iniciará una nueva etapa que puede ser muy peligrosa para nuestra democracia.

El próximo domingo, cuando depositemos nuestro voto, hemos de ser conscientes que Sánchez lleva mucho tiempo mintiendo a los españoles y si no le paramos seguirá haciéndolo. La estrategia socialista durante esta campaña ha sido ocultar la para que a los españoles se nos olvide al votar que ha perdonado a delincuentes que nos han robado nuestro dinero para dar un golpe de Estado. Igualmente pretende que los españoles, con nuestro voto, amnistiemos la presunta corrupción que se encierra en la Moncloa.

El resultado de estas elecciones se utilizará para poner de manifiesto si en España rigen los valores europeos de la libertad e igualdad y si todos los españoles debemos ser tratados por igual ante la ley. También debemos pensar si en España la Justicia es libre para investigar a Begoña Gómez, si es posible que el hermano del presidente del gobierno ocupe un puesto de trabajo en España y tribute en Portugal o si debe acreditar su importante aumento patrimonial desde que Sánchez vive en la Moncloa. Además es el momento que nos pronunciemos si estamos de acuerdo con el Fiscal General del Estado y sus maniobras para proteger a la familia presidencial y de persecución a la oposición. En la Fiscalía se sabe que las órdenes del Fiscal General es: “a por ellos”, refiriéndose a los miembros de la oposición.

Debemos ver a Europa como una aliada en la defensa del Estado de Derecho. Por eso el mensaje que debemos hacer llegar a Bruselas debe ser alto y claro y es, simplemente que los españoles no queremos ser súbditos sino ciudadanos libres e iguales, que no nos sometemos a ningún amo y que defendemos nuestra Constitución. Todo mensaje confuso o no suficientemente nítido es un balón de oxígeno para el autoritarismo que se está extendiendo por nuestra democracia.

El domingo debemos pronunciarnos si queremos una sociedad en la que el presidente de gobierno no de explicaciones sobre si su mujer ha realizado tráfico de influencias para beneficiar empresas amigas que con posterioridad han recibido subvenciones del gobierno, independientemente que la Justicia actúe e investigue si existe comportamiento delictivo.

Han trascurrido 50 días que Begoña Gómez está siendo investigada y Sánchez no ha dado explicación alguna, solo ha publicado cartas a través de una red social, como si los españoles no merecemos que se nos explique lo que está pasando. Esta actitud prepotente y soberbia no tiene parangón en ningún país europeo.

Ha llegado el momento en que los españoles nos pronunciemos, como lo hicieron nuestros padres en el referéndum de la reforma política de 15 de diciembre de 1976 y el referéndum constitucional de 6 de diciembre de 1978, y decidamos si cedemos nuestra libertad e igualdad al presidente del gobierno y sea la Moncloa quién decida quien es delincuente o no, o cuando puede actuar la Justicia.

Es la hora de pensar que si no vamos a votar, concentrando nuestro voto, ellos se quedan con las manos libres. Europa espera nuestra decisión.

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