Feijóo gana el plebiscito a Sánchez y el PSOE se supera: ¡celebra su derrota!
Los españoles le han dicho un no muy claro a Pedro Sánchez y al bloque de la investidura. El líder socialista sale más débil. Veremos cómo interpreta esa debilidad Carles Puigdemont.
Los españoles le han dicho no a Pedro Sánchez y sus socios. Esa es la principal conclusión de las elecciones europeas que tenían un claro carácter plebiscitario. Es sorprendente ver al PSOE celebrando una derrota clara y contundente en su sede de Ferraz, agarrándose a un clavo ardiente. La realidad es que el PP ha ganado las elecciones con 22 escaños, dos más que el PSOE que se traducen en 700.000 votos de diferencia. Además, la derecha y el centro-derecha ha logrado imponerse a la izquierda por primera vez en la historia de las elecciones europeas y supera con claridad al bloque de investidura del Sánchez.
Feijóo ha logrado aumentando la distancia sobre Pedro Sánchez respecto a las últimas generales en todos los parámetros. Si en aquella cita ganó con un estrecho margen del 1,5% de los votos, esa diferencia ha crecido hasta los 4 puntos porcentuales (34,19% frente a 30,18%). Los populares han obtenido además la victoria en todas las comunidades autónomas excepto en Cataluña, País Vasco y Navarra. Es la mayor victoria del PP en unas europeas en los últimos 25 años.
La vergüenza de un PSOE perdedor y en declive
A pesar de todo, un PSOE perdedor y en declive, celebra su derrota porque, dicen, esperaban perder por más. Creen que así Sánchez sale airoso. Es una vergüenza que toda la aspiración del Partido Socialista hoy día sea salvar al soldado Sánchez mientras el partido se hunde. Inasequible al desaliento e impermeable a la verdad, Pedro Sánchez quiere convencernos de que su derrota es un triunfo. De que perder un partido por poco en realidad es ganarlo.
Sánchez no puede estar tranquilo. Sale más débil. A sus casos de corrupción -Begoña y Koldo- se suma, diga lo que diga, una derrota electoral en este plebiscito disfrazado de elecciones europeas. Y habrá que ver cómo interpreta esa debilidad el que tiene la llave de la legislatura: Carles Puigdemont.
La derrota del PSOE podría haber sido mayor aún si no fuera porque ha devorado a Sumar y a Podemos. ¡Qué papelón, por cierto, el de Yolanda Díaz! Esto se refleja en que el bloque de la izquierda y el bloque que sustenta al Gobierno ha perdido con claridad frente a la derecha. Con los partidos socios de Sánchez en los huesos, el líder socialista no tiene con quién pactar en unas hipotéticas elecciones generales.
¿Qué va a cambiar en España a partir de este lunes por este resultado? Poco o nada. Y eso es una buena noticia porque de haber ganado el PSOE, Sánchez habría utilizado ese resultado para reforzarse, legitimar su deriva autoritaria y contarnos que los españoles habían absuelto a Begoña Gómez.
Ahora Sánchez no puede estar tranquilo. Todo lo contrario. Sale más débil. A sus casos de corrupción -Begoña y Koldo- se suma, diga lo que diga, una derrota electoral en este plebiscito disfrazado de elecciones europeas. Y habrá que ver cómo interpreta esa debilidad el que tiene la llave de la legislatura: Carles Puigdemont. De él depende, no nos engañemos, la permanencia de Pedro Sánchez en La Moncloa.