Ábalos y Begoña Gómez: a Sánchez le crecen los problemas
La maniobra descarada para intentar arrebatarle el caso Begoña al juez Peinado en beneficio de la fiscalía europea no ha dado resultado o al menos no el resultado que buscaba la Moncloa
Pedro Sánchez tiene motivos para estar preocupado. Los casos de corrupción de su Gobierno y de su entorno familiar que investiga la justicia, es decir, el caso Koldo y el caso Begoña, siguen su curso en los juzgados y, en paralelo, aumentan de intensidad en los medios de comunicación.
La maniobra descarada para intentar arrebatarle el caso Begoña al juez Peinado en beneficio de la fiscalía europea no ha dado resultado o al menos no el resultado que buscaba la Moncloa. El juez de Plaza de Castilla sigue adelante con la investigación y Begoña Gómez tendrá que prestar declaración como imputada el próximo día 5 de julio.
Además, este fin de semana hemos desvelado en exclusiva en ESdiario que otro sponsor de la cátedra de Begoña Gómez, la consultora KPMG, ha aumentado un 1000% su contratación con el Gobierno de Sánchez respecto a la era de Mariano Rajoy.
En 2021, por ejemplo, se presenta en una Unión Temporal de Empresas (UTE) junto a Barrabés para pujar por un contrato de 2,6 millones de euros de Red.es, el organismo denunciado por adjudicar contratos bajo recomendación de Begoña Gómez. Y, como en otros contratos que se están investigando de Red.es, no gana por ser la más barata, sino por la ser mejor puntuada en la valoración subjetiva: 10 puntos sobre 10.
El caso Koldo o caso Ábalos también tiene importantes novedades mediáticas en paralelo a las pesquisas judiciales. Este domingo el diario El Mundo publicaba una información en exclusiva según la cual el ex ministro de Transporte alquiló un chalet de lujo en Cádiz propiedad de una empresa que pagó a la trama de Koldo.
Lo más llamativo del caso es que estamos ante un extraño alquiler. El ex ministro visitó muy pocas veces el chalet a pesar de que el alquiler era de 2.500 euros, el 37% de su sueldo. Y solo pagó la fianza y la primera mensualidad. Al final la empresa acabó desahuciándole por impago, pero nunca le reclamó la deuda. Algo no acaba de encajar ahí y los malpensados podrían llegar a imaginar que era un contrato de alquiler simulado y que en realidad estamos ante un pago en especie.
Además, hay un dato muy sospechoso. Dos semanas después de firmar el contrato de alquiler, José Luis Ábalos fue fulminado del Gobierno por Pedro Sánchez. Una decisión sorprendente y jamás explicada que ahora, a la vista de los nuevos datos que vamos conociendo, puede cobrar una nueva dimensión.