LA MIRILLA
Pons sale airoso del esperpento
Es cierto, la palabra de Pedro Sánchez vale tanto como el tiempo que tarda en “cambiar de opinión”. De ahí que cualquier acuerdo con él deba exigirse con garantías. Por eso el PP, de la mano de Esteban González Pons, puso como condición la intermediación de la Unión Europea para sellar la renovación del CGPJ. Si el presidente decide romper lo pactado no sólo será Alberto Núñez Feijóo quien lo censure, también contará con el reproche de Bruselas. El político popular valenciano al final ha visto como su propuesta de intermediación entre Gobierno y oposición (tildada cuando la plantó de estrafalaria) ha brotado como positiva.
Las críticas a este consenso dejan a las claras lo mal que ha sentado entre los socios de la coalición Frankenstein. Todos (salvo los socialistas y Sumar) andan como alma en pena. Gabriel Rufián ha llegado a afirmar que “el PSOE anuncia un nuevo socio, que es el PP”. El peneuvista Aitor Esteban reprochó no haber tenido en cuenta a su partido. Miriam Nogueras, de Junts, aseguró que “la regeneración democrática”, anunciada por el presidente, ha acabado siendo “un pacto con el PP”. Y la morada Ione Belarra acusó al líder socialista de “rendición”. “Ladran, luego cabalgamos”, dirán en Génova 13.
El acuerdo, además, rima bien, si bien deberá añadirse la letra, una vez se reforme la Ley Orgánica del Poder Judicial para despolitizar por completo el órgano de gobierno de los jueces. De momento, saca las manos de la izquierda judicial de esa colonización prevista del Tribunal Supremo. Los veinte vocales propuestos para el CGPJ son juristas prestigiosos y a los que difícilmente puede achacárseles falta de independencia.
Además, el Gobierno no podrá imponer al presidente del Consejo, al haberse reforzado las mayorías para dotarle de mayor independencia. El mensaje de acabar con las puertas giratorias en la Justicia es un buen paso para terminar con algo que huele tan mal como nombrar a una diputada socialista como Dolores Delgado Fiscal General del Estado. Feijóo, como él mismo ha resaltado, ha mostrado ejercer un liderazgo que sabe distinguir entre la oposición a Sánchez y la lealtad al Estado. A.M.BEAUMONT