Videoblog de Benjamín López
"No hay absolutamente nada” en el ‘Caso Begoña’… excepto alguna cosa
Pedro Sánchez exculpó a su mujer este martes y horas después una información desvela que un informe interno de la propia Complutense advirtió en 2023 de irregularidades en su cátedra.
A Pedro Sánchez le ha salido el tiro por la culata. En su intervención en la Cadena Ser este martes defendió a su esposa, Begoña Gómez, afirmando que no ha hecho nada de lo que pueda arrepentirse, no ya porque pueda ser ilegal, ni siquiera por una cuestión estética.
La pregunta formulada por Ángels Barceló fue clara: “¿no hay nada en la actividad profesional de su mujer que sea reprochable, aunque no sea constitutivo de delito?”. Y la respuesta del presidente, ejerciendo de marido, no dejó tampoco lugar a la duda: “No hay nada, absolutamente nada”.
Señor presidente, no hay absolutamente nada… excepto algunas cosas. La última de esas cosas que sí hay se la ha sacado horas después de sus palabras el diario El Mundo, que ha desvelado que el departamento de Intervención de la Universidad Complutense emitió un informe en 2023 en el que alertaba de una adjudicación «irregular» de la directora de la Cátedra de Transformación Social Competitiva, Begoña Gómez, que se saltó, dice el informe, de forma “absoluta” los procedimientos de la Universidad a la hora de adjudicar un contrato que pagó la Complutense.
Claro, habría que preguntar al rector por qué ese informe cayó en saco roto y no tuvo consecuencias. La actuación de la Complutense en este asunto es turbia, como poco. Empezando por la propia adjudicación de una cátedra extraordinaria a una persona como Begoña Gómez, sin titulación universitaria siquiera. Se podría pensar que lo permitieron por ser la esposa del presidente del Gobierno. De momento no tenemos una explicación mejor. Pero el papel de la universidad esa es otra película, una secuela como dicen ahora del caso Begoña, de la que habrá que hablar en otro momento.
Lo que nos ocupa ahora es si no hubo “absolutamente nada” en la actuación de la esposa de Sánchez, como dice él, o si por el contrario hubo algunas cosas, bastantes cosas. Además del informe interno de la Complutense parece que pudo haber otras cositas: por ejemplo, Begoña Gómez registró a su nombre el software, la aplicación, que Indra, Google y Telefónica donaron a la Complutense y que costó desarrollarla un mínimo de 150.000 euros.
A todo eso hay que sumarle lo que investiga el juez Peinado: un posible tráfico de influencias. Begoña Gómez redactó cartas a favor de Barrabés y esta empresa fue agraciada con millonarios contratos del Gobierno. Casualidad? Pues eso está mirando con lupa el juez. Algo parecido ocurrió con otras empresas que tras esponsorizar la cátedra de Begoña vieron aumentada exponencialmente su contratación con el Gobierno.
Pero, según Sánchez, no hay absolutamente nada. Si el juez investiga y tiene a Begoña Gómez imputada es porque, asegura, “no está siendo imparcial” y hay una cacería contra él. “Este es un caso de libro de lo que he llamado la máquina del fango: un pseudosindicato con una denuncia basada en bulos, pseudomedios que amplifican esos bulos y los portavoces de algunos partidos políticos pedaleando en el vacío”, dice Sánchez sin despeinarse.
Nunca ha habido un presidente del Gobierno tan irresponsable y tan dañino para la democracia.