EDITORIAL
Los principios de Sánchez, como los de Groucho Marx: cambiantes
Al presidente hay quien lo define como un magnífico estratega político. Lo cierto es que más allá de esa cualidad tiene una enorme ventaja competitiva sobre los demás que él mismo admite: sus principios son cambiantes
Hace unos días, en la presentación de la Fundación Avanza, Pedro Sánchez pronunció una frase que ha pasado un tanto inadvertida a pesar de que retrata a la perfección al personaje: “Los progresistas adaptamos nuestros principios a las necesidades de cada momento”. Parece una confesión más que una reflexión porque es exactamente lo que viene haciendo el líder socialista desde hace años.
Desde luego, lo que sabemos es que no fue un lapsus. Fue una frase escrita en un papel y leída por Sánchez. Dijo lo que quería decir, que sus principios son como los de Groucho Marx. “Si no les gustan, tengo otros”, decía el genio del humor y la ironía. El presidente del Gobierno lo ha demostrado siempre, desde que llegó a la secretaría general del PSOE.
Pactar con Podemos estaba fuera de sus cálculos porque no podría dormir tranquilo, decía hace seis años. Les acabó metiendo en el Gobierno. Y así con los pactos con Bildu, con los indultos a los dirigentes independentistas catalanes y con otras muchas medidas, hasta llegar a la amnistía.
La ley de amnistía merece una mención aparte por la gravedad, por la injusticia que supone y por los contorsionismos verbales que el Gobierno y el PSOE se han visto obligados a hacer para amoldar sus principios a cada momento. Sánchez, a sabiendas de que es una norma inconstitucional (como él mismo y varios ministros defendieron en su momento) la ha sacado adelante para poder ser investido gracias a los votos de Junts, sin importarle las consecuencias de la misma.
Los pactos con Bildu son otro capítulo muy relevante de la serie ‘Sánchez y sus principios cambiantes’. En poco tiempo pasó de comprometerse a no pactar con los proetarras a regalarles la alcaldía de Pamplona y convertirles en los socios más fiables.
A Pedro Sánchez hay quien lo define como un magnífico estratega político. Lo cierto es que más allá de esa cualidad tiene una enorme ventaja competitiva sobre los demás que él mismo admite: sus principios son cambiantes. Es decir, puede pactar casi con cualquiera en cualquier momento. Todo depende de lo que a él le interese.