La despedida a la francesa de Sánchez y Yolanda Díaz

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz han presentado el “triunfo” de la ultra izquierda en Francia como si hubiesen ganado ellos. El “no pasarán” ha funcionado entre los galos movilizados a frenar a la ultra derecha, repiten sin cesar las terminales mediática de la izquierda española. Ocultan (porque supongo lo saben) que el sistema electoral francés es algo más complicado que esa simpleza con la que tratan de decir adiós, para quitárselos de encima, los resultados.

Los de Le Pen han tenido en esta segunda vuelta más de diez millones de votos, mientras los del trotskista Mèlenchon y su Nuevo Frente Popular (con toda la izquierda que arde junta), 6,9 millones. La formación de Macron ha llegado a los 6,5 millones y el centro derecha de los Republicanos 2,5. Es decir, Francia cada día es más de derechas y el lepenismo crece a medida que se abren las urnas.

Y esto debería llevar a alguna lectura en España, si deseamos que el bosque permita que veamos el sol. Los éxitos que los partidos populistas de derecha tienen por toda Europa reflejan que son formaciones estructurales, no flor de un día. Son siglas representantes de ideas que calan en una parte de los electores, sobre todo, entre gente descontenta con la política “tradicional” comprometida con pactos globales. De ahí que PP y Vox no deban tejer sus estrategias mirándose de reojo. Dos más dos nunca son cuatro en política. Cada uno tiene su espacio y sus principios, a menudo incompatibles. Ni los votantes de Santiago Abascal ya son votos “prestados” del PP ni Alberto Núñez Feijóo va a crecer cerrando a Vox, puesto que surgiría otro partido protesta en su lugar, como se vio con Alvise en las europeas. 

A. M. BEAUMONT