La decisión suicida de Abascal

El anuncio de ruptura por parte de Santiago Abascal de los pactos con el PP en las Comunidades donde gobiernan juntos, es una tormenta más del maremoto que vive Vox desde hace meses. El líder verde, sin embargo, debe meditar bien las consecuencias de esa medida drástica, porque va a crearle la incómoda inestabilidad interna que siempre aflora entre los afines colocados en cargos que deberán irlos dejando.

No obstante, tras la irrupción de Se Acabó la Fiesta de Alvise Pérez en las urnas europeas, es lógico que los de Abascal anden con la mosca detrás de la oreja sobre la debilidad que tiene un proyecto como el suyo, si es que se desea estabilizarlo en en el futuro. Debe encontrar su hueco. Y tras los pactos con el PP, demasiados veían a Vox como una facción más -la conservadora y católica- de los genoveses. 

Pudo elegir hace tiempo convertirse en un movimiento protesta al estilo de las formaciones populistas de derecha que han ido creciendo en distintos países europeos, pero su fijación con los de Alberto Núñez Feijóo les ha ido recortando los espacios. Alvise es lo que pudo ser y abandonó. Ahora, parece que Abascal busca una nueva pirueta nacional e internacional para poner sus siglas en otra senda. Veremos si no es un suicidio.

A. M. BEAUMONT