Vox se equivoca mucho: el enemigo no es Feijóo, es Pedro Sánchez

Las cosas en política si no se entienden están mal, por mucho que las expliques. Y la decisión de Vox de romper los gobiernos autonómicos con el PP se entiende mal, muy mal, en el contexto actual en el que la prioridad no es mirarse el ombligo, ni pelearse por el destino de 400 inmigrantes menores de edad, los famosos menas, sino trabajar juntos para un objetivo urgente y casi único: acabar con esta legislatura, dar a los españoles la oportunidad de volver a las urnas y echar a Pedro Sánchez de una vez, porque cada día que este individuo pasa en La Moncloa es un clavo más en el ataúd de España.

Ahora mismo, la mayor oposición a Sánchez está en el poder de las comunidades autónomas donde gobierna el PP en solitario o junto a Vox, según los casos. Crear inestabilidad en esos gobiernos, concretamente en el de Valencia, el de Murcia, el de Castilla y León, el de Aragón y el de Extremadura es de una irresponsabilidad mayúscula que a buen seguro Pedro Sánchez va a agradecer mucho. Es darle oxígeno al PSOE sanchista que agoniza en esos territorios.

Sinceramente, solo encuentro una explicación a la decisión de Vox de romper con el PP: un mensaje para el ala más cafetera de sus votantes. Afianzar su base de simpatizantes más fieles aún a riesgo de perder otros que no entiendan este movimiento de Vox contra el PP. El enemigo no es Feijóo, es Sánchez y mientras el socialista siga instalado en La Moncloa no hay nada que justifique una ruptura entre los dos partidos que, juntos, son los únicos que pueden desalojarle.

Si entramos en el fondo del asunto, el reparto de menas desde Canarias al resto de España, Vox tampoco tiene razón. Hay que respetar la ley que dice que los menores no pueden ser expulsados. Eso no lo pueden obviar los de Abascal. Y no es justo que Canarias asuma en solitario esa carga.

Es cierto que hay que trabajar para intentar devolver a esos menores con sus familias, pero eso es casi imposible, utópico. No es fácil imaginar que estos chicos hayan huido de casa sino más bien han sido empujados o animados por sus padres a marcharse. Mientras tanto no queda otra, por razones legales y humanitarias, que asumir su presencia en España y darles los cuidados oportunos, porque somos un país civilizado.

"La decisión de Vox de romper los gobiernos autonómicos con el PP se entiende mal, muy mal, en el contexto actual en el que la prioridad no es mirarse el ombligo"

Si Vox quiere romper con el PP por eso, está en su derecho, pero probablemente van a perder mucho crédito incluso entre una parte de sus votantes que no van a entender que un desacuerdo en el reparto de esos menores sea razón suficiente para ponerle alfombra roja a Pedro Sánchez.