Cumpleaños feliz a Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, el día que fue nombrado secretario general del PSOE, de cuya fecha se cumplen ahora diez años.
El líder socialista desea como regalo de su décimo aniversario al frente del partido que se cierre el acuerdo con ERC que permita a Salvador Illa ser presidente de la Generalitat. Ciertamente, los tiras y aflojas internos de los republicanos independentistas no ponen sencillo cerrar el pacto, aunque La Moncloa está poniendo toda la carne en el asador para que el apretón de manos sea posible. “Estabilidad” es el término fetiche para evitar repetir elecciones y sortear a Carles Puigdemont, que busca poner patas arriba todo el escenario catalán.
Marta Rovira, secretaria general de ERC, de regreso a Barcelona amnistiada tras su fuga a Suiza, le apetece mucho además “retirar” a Puigdemont del escenario político futuro. No tiene duda de que el expresident, si no consigue que se abran las urnas de nuevo este otoño, no tiene más recorrido que arrojar la toalla. A ella, sin embargo, le quedarán cuatro años por delante, al abrigo del poder y con toda la maquinaria publicitaria de la Generalitat y de la factoría monclovita, para resituar a unas siglas que tan dañadas salieron de las pasadas elecciones después de la nefasta gestión de Pere Aragonés.
ERC ha pasado en pocas semanas de decir “no investiremos a Salvador Illa” a “las negociaciones van bien”. Eso sí, Rovira ha dejado claro a los negociadores socialistas que para conseguir su “sí” no sólo debe obtener beneficios “singulares” para Cataluña que no tengan ninguna otra Autonomía, también eso debe ser percibido como un triunfo arrancado por la izquierda republicana al PSOE e, incluso, pide una reunión de ella misma con Pedro Sánchez, para que se visualice su autoridad y desarbolar la oposición interna que vaya a tener ese abrazo que abre la vida del gobierno tripartito de izquierdas. Y en eso están, vistiendo el muñeco.
A. M. BEAUMONT