Otro pacto de la vergüenza
Que Puigdemont no nos impida ver a Illa y su corrupción política: investidura comprada
Si grave es lo sucedido este jueves en el exterior del Parlamento de Cataluña con la llegada triunfal, el discurso exaltado y la huida vergonzosa de Carles Puigdemont, no menos grave es lo acontecido dentro: el candidato del PSC, Salvador Illa, proclamado presidente de la Generalitat después de comprar su investidura a ERC con el concierto económico a la vasca, que es inconstitucional además de insolidario e injusto para el resto de los españoles. Se repite la misma historia que en la investidura de Pedro Sánchez, es decir, pura corrupción política para investir a un presidente socialista.
La aparición y fuga de Puigdemont solo se explica de dos maneras: incompetencia o complicidad. Resulta complicado creer en tanta incompetencia policial a la hora de detener a un individuo que anuncia sus intenciones y las lleva a cabo a plena luz del día, sin esconderse y de forma pública y notoria. Así que habrá que acudir a la explicación más lógica y más probable, que suele ser la correcta. Hay complicidad política, un plan para que esto haya sucedido, auspiciado desde La Moncloa. Encaja perfectamente en el modus operandi de Pedro Sánchez, el hombre sin principios ni límites.
En todo caso, el ridículo descomunal y la humillación para España no deben eclipsar lo que sucede dentro del Parlamento catalán. Salvador Illa, presidente gracias a un nuevo pacto de la vergüenza con ERC que le ha arrancado un concierto económico que el propio Gobierno negaba que fuera posible hace unas pocas semanas, que rompe la caja única y que es un agravio para el resto de los españoles de fuera de Cataluña.
Es falsa la imagen de hombre moderado que los socialistas tratan de colgarle a Salvador Illa. Detrás de esas maneras ciertamente educadas están sus actos. Y comprar su investidura con un concierto económico que atenta contra la Constitución no tiene nada de moderación sino de corrupción política.
Pedro Sánchez, que prometió “cumplir y hacer cumplir la ley”, ha vuelto a perpetrar este jueves un golpe a la igualdad entre españoles por partida doble, es decir un golpe doble al Estado de Derecho. No somos todos iguales ante la ley ni ante Hacienda. Y todo para conseguir el poder o mantenerse en él.
Como expresaba un conocido tuitero que se identifica como Pastrana en esa red social: "Si se decide a quién no detener de forma arbitraria, el siguiente paso es decidir a quién detener de forma arbitraria". En otras palabras, el deterioro de la democracia en España sigue adelante cuesta abajo y sin frenos. Pedro Sánchez vuelve a demostrar que no tiene límites. Si lo necesita, el siguiente paso, por qué no, será el referéndum de independencia en Cataluña.