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Benjamín López

Director de ESdiario

Nuevo escándalo en la familia Sánchez con la cuñada japonesa: ¿nepotismo o casualidad?

Kaori Matsumoto es la esposa de David Azagra, el hermano músico del presidente del Gobierno. La ONU y el Gobierno crearon un puesto de trabajo a su medida en Madrid.

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Éramos pocos y parió la abuela, mejor dicho, parió la japonesa. Eso debe de estar pensando Pedro Sánchez estos días en su lujoso retiro vacacional en La Mareta o dondequiera que esté, que al parecer es un asunto secreto y privado aunque su asueto lo paguemos todos.

El caso es que Sánchez tiene una cuñada japonesa de nombre Kaori Matsumoto, esposa de su hermano el músico y madre de su sobrina. Nos hemos enterado de este Falcon Crest monclovita por casualidad, como una derivada de la investigación contra el hermanísimo. Y gracias también a la investigación periodística llevada a cabo por nuestros compañeros de The Objective.

David Sánchez o David Azagra, como prefieran, tiene mucho que explicar ante el juez. Parece ser que tenía un puesto fantasma (bien remunerado) en la Diputación de Badajoz y que podría estar aparentando que residía en Portugal, en Elvas, para presuntamente pagar menos impuestos al fisco. Algo propio de fachas, no de socialdemócratas de pedigrí como los Sánchez.

Una 'casualidad' tras otra

Total, que a raíz de esa investigación contra el músico nos enteramos de que era padre y que tenía una mujer o novia o pareja japonesa, la madre de su hija. Hasta ahí todo normal, un simple cotilleo veraniego. Pero resulta que había gato encerrado, que la japonesa podría estar disfrutando de un enchufazo del Gobierno de España del tamaño de la catedral de Burgos.

Vamos paso a paso, que la historia no tiene desperdicio. Una concatenación de casualidades verdaderamente asombrosa. Hace poco el Gobierno le soltó a la ONU una donación de casi medio millón de euros para que abriera en Madrid un proyecto sobre Mauritania dentro de la oficina especializada en la lucha contra el terrorismo. Muy poco después, por mera casualidad, uno de los puestos de trabajo fue a parar a… ¡Correcto! La japonesa cuñada de Pedro Sánchez fue la agraciada. De entre todas las japonesas o españolas o británicas o libanesas del mundo, la especialista en terrorismo, concretamente en terrorismo en Mauritania, que ese era la plaza, la cuñada de Sánchez era la mejor candidata.

Las aún peores explicaciones

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha tirado balones fuera recientemente en el Senado. Al ser cuestionado por esta concatenación de casualidades ha dicho que le pregunten a la ONU, que es quien la ha contratado.

Es más fácil que te toque la primitiva, sin duda, pero el caso es que esa señora familiar de nuestro presidente resultó agraciada con ese puesto de trabajo como experta en terrorismo en Mauritania en la oficina de Madrid creada gracias al dinero concedido por el Gobierno.

El último episodio, y citamos de nuevo a The Objective, es aún más llamativo: después de solicitar la plaza y pedir un visado de residencia en España para ocupar ese puesto de trabajo, Kaori Matsumoto, ha renunciado a ocuparlo, justo tras salir a la luz este escándalo o cúmulo de casualidades.

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