Susto o muerte para Sánchez

El debate ahora en La Moncloa se da entre unos que consideran que a Alberto Núñez Feijóo se le va hacer muy larga la legislatura y, otros, los más, que creen que en el “oasis” económico que vive España y tras la “solución” catalana de la mano de Salvador Illa, lo mejor para Pedro Sánchez es convocar elecciones. Ya se sabe, los estrategas monclovitas tienen papeles de todo y para todos los gustos.

Ciertamente, el presidente sabe bien que lo que ve por delante es un camino tortuoso: ni siquiera va a poder aprobar los Presupuestos, que tendrá que prorrogar por tercer año consecutivo, con lo que ello comporta políticamente. Además, tiene crispada a buena parte de la bancada en el Congreso de los Diputados con la que hasta ahora ha ido baldeando el agua que le hundía el débil barco parlamentario con el que navega. Con todo, Sánchez, que sobre todo está obsesionado con el poder, tiene bien claro que apretar el botón de nuevas elecciones siempre conlleva demasiado riesgo y solo puede hacerse si los datos consolidan una clara victoria. 

También, pesa en el ánimo de la reflexión de los asesores de La Moncloa la presión que saben van a sufrir este otoño con la corrupción del PSOE y las mascarillas en plena pandemia, es decir, el caso Koldo, que Óscar Puente, con su auditoría, ha situado ya en el ex ministro y ex número dos del partido, José Luis Ábalos. Cada noticia al respecto es un golpe terrible al ánimo de la organización socialista. Pero, además, a ello se suma la situación judicial que acecha a la esposa del máximo dirigente del Partido Socialista y la de su hermano. Asuntos que cada vez se enredan más y son mazazos directos al mentón de la credibilidad de Sánchez. 

La amnistía ha sido otro fiasco del sanchismo. Carles Puigdemont sigue fugado en Bélgica y si regresa a España será detenido. Deberá ser el TC de Cándido Conde-Pumpido quien decida al respecto, en lo que muchos van a ver una prevaricación de una institución tomada por las bravas por el propio Sánchez para sumarla a su interés. Esto es también un constante enfrentamiento con el poder judicial. 

Al igual que la promesa de la financiación singular para Cataluña para ablandar el corazón a ERC, para que abrazase a Illa, le está costando a Sánchez que se le vuelvan en contra pesos pesados de sus siglas como el propio Josep Borrel. Lo que le hace daño incluso entre sus votantes catalanes. 

Así las cosas, las cartas están servidas. Cuenta, a favor del adelanto, que en la izquierda a su izquierda, Yolanda Díaz está más pendiente de rehacer su vida personal que de la política. Así que las sumas y restas parecen claras. Si bien es Pedro Sánchez el único que va a tomar esa decisión junto a un puñado de personas que ahora mismo son a las que escucha. A.M.BEAUMONT