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María Jesús Montero se resiste acudir a informar sobre el "cupo catalán". En el Congreso de los Diputados el bloque Frankenstein (sin el voto de Junts) salvó a base de empates en la Diputación Permanente que acudiese. El Senado -con mayoría absoluta del PP- la obligará a ir, aunque la vicepresidenta, ministra de Hacienda y números dos socialista defienda su no comparecencia como gato panza arriba.

La verdad es que resulta incomprensible que desde el Gobierno, en un asunto de tanto calado y que está representando un debate público que llena la opinión diariamente y gasta energías, no pida de motu proprio informar con luz y taquígrafos en las cámaras de control parlamentario. Quizá, ante tanto escapismo, debamos pensar que la propia Montero no sabe bien de lo que se está hablando y ande a la espera que el presidente Pedro Sánchez le aporte los detalles de por dónde va a caminar la política de cesiones a Cataluña acordada con ERC para investir a Salvador Illa presiden de la Generalitat.

María Jesús Montero, Pedro Sánchez y Salvador Illa en un acto del PSOE.Kike rincón / Europa Press

Tampoco es descartable, por supuesto, que el 'mudismo' sea una estrategia para que los suyos, ante la falta de certezas, se sigan riendo entre dientes por el “engaño” del líder socialista a ERC. Además de servir para no darle argumentos sólidos a los de Alberto Núñez Feijóo en su oposición a la "financiación singular" catalana. El caos es lo más característico del sanchismo gobernante. Nada puede descartarse. A.M.BEAUMONT