Sánchez se 'cae del caballo' en Senegal: la inmigración irregular ya no es tan buena
Pedro Sánchez se ha caído del caballo en su viaje a Senegal. En Dakar ha tenido una revelación que él mismo se ha encargado de verbalizar. Poseído por el espíritu de Santiago Abascal comenzó a repetir sus argumentos sobre la inmigración ilegal con palabras más edulcoradas, pero con el mismo sabor.
El presidente del Gobierno, como el que no quiere la cosa, asegura ahora que los inmigrantes ilegales (que él llama "irregulares") deben ser deportados. Él lo llama "retornados" porque es insostenible y supone un problema de "seguridad" ya que conlleva delincuencia e incluso "terrorismo".
El discurso es muy similar al de Vox y también al del PP que, tras algunos amagos, defiende también la necesidad de deportaciones masivas de inmigrantes que han llegado de manera ilegal a España. Habrá que ver cómo digiere el equipo de opinión sincronizada este nuevo cambio de opinión de Sánchez.
De momento lo ha ignorado. Y es muy divertido comprobarlo. Por ejemplo, el diario El País lleva en su edición digital (en el momento en el que se escribe este artículo) dos noticias consecutivas sobre la inmigración ilegal. La primera sobre el Partido Popular, con este titular: "El ala dura del PP impone su discurso e incendia el debate migratorio". Hace alusión a las palabras del portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, que defiende la "deportación masiva".
La segunda noticia se titula "Sánchez califica de 'imprescindible' el retorno de los inmigrantes irregulares" y hace alusión a las palabras del presidente en su 'caída del caballo' en Senegal donde no solo pide la expulsión de los irregulares sino que vincula la inmigración ilegal con la delincuencia y el terrorismo.
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Es decir, dos noticias muy parecidas tratadas de forma totalmente distinta. La postura del PP al parecer "incendia el debate migratorio" pero la de Sánchez -que en el fondo es la misma: deportaciones- no incendia nada. Todo esto que denota que el equipo de opinión sincronizada no ha asimilado aún el discurso de Sánchez. Faltan directrices de Moncloa. Una llamada de Bolaños que les ilumine sobre el nuevo cambio de opinión de Sánchez, tan difícil de defender para el que se ha pasado meses insultando a Vox y al PP por decir cosas muy similares.
Esta vez, el giro del presidente va a obligar a un duro contorsionismo argumental a los voceros del 'sanchismo', pero seguro que lo asumen con la misma naturalidad que asumieron los pactos con Bildu, ERC y Junts, la amnistía y tantas otras cosas. Entrenamiento tienen de sobra, desde luego.