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enfoquES del Director

La ruptura interna en el PSOE o el caso Ábalos: las dos mayores opciones de que Sánchez descarrile

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Pedro Sánchez, todos le conocemos ya a estas alturas de la película, no tiene ninguna intención de dejar La Moncloa. Resistirá atrincherado allí si hace falta aunque, abandonado por Puigdemont, no logre sacar adelante ni una sola ley, incluidos los Presupuestos Generales del Estado. Aunque se abra juicio oral contra su esposa. La prioridad es permanecer en el poder, no tanto gobernar.

Bajo esa premisa no hay nada que haga sospechar que la legislatura va a ser mas corta de los 4 años previstos, es decir el verano de 2027. Qué lejos y qué insoportable se hace pensar en esa fecha con la actual deriva de España. Lo peor es pensar en qué más pueden arrancarle los separatistas catalanes. Cualquier cosa es posible y cuando digo cualquiera es cualquiera: también un referéndum de autodeterminación.

Pensar que eso es imposible es tropezar de nuevo en la misma piedra de la amnistía y el concierto económico: todo era inconstitucional incluso para el propio presidente del Gobierno, sus ministros y todo el PSOE hasta que Sánchez lo necesitó para seguir en La Moncloa. Así que no hay nada que nos haga pensar, más bien todo lo contrario, que si llega a necesitar esa cesión de un referéndum de independencia en Cataluña lo hará. Sin dudarlo.

Al final, Sánchez lo tiene todo bastante atado: estos asuntos, la amnistía, el concierto económico e incluso un futuro referéndum acabarían en el Tribunal Constitucional más intervenido políticamente de la historia. Así que hay pocas dudas de que Conde-Pumpido y sus peones le darán el pase a lo que le pongan por delante aunque ello conlleve de facto una reforma constitucional del modelo de Estado.

Así que por ahí Sánchez no ve la necesidad de convocar elecciones. Sólo hay dos asuntos que podrían hacerle descarrilar. Uno tienen nombre propio, José Luis Ábalos. El ex ministro y ex secretario de Organización del PSOE es el hombre que forjó a Pedro Sánchez y le convirtió en secretario general contra todo pronóstico. Lo sabe todo. Y está acorralado cada vez más por la justicia, lo que le vuelve enormemente peligroso.

El otro asunto que puede dar al traste con los planes de Sánchez es la ruptura interna del PSOE. Imaginemos que el concierto económico con Cataluña naufraga en el Congreso con los votos en contra de diputados del PSOE de Castilla-La Mancha, Aragón o Asturias. Si eso llega a suceder Sánchez probablemente no tendría más remedio que presentar la dimisión… o no porque para eso hace falta un poco de dignidad. En todo caso esta hipótesis del incendio interno del PSOE es poco probable. De momento el líder ya ha puesto un cortafuegos, un Congreso Federal el próximo mes de noviembre en el que exigirá adhesión norcoreana. EL que se mueva un milímetro no va a salir en el foto. Y aquí nadie quiere perder su trabajo.