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EDITORIAL

Escrivá e Isabel Perelló: una de cal y otra de arena para Sánchez

Por primera vez se nombra a un ministro al frente del Banco de España, una institución independiente del Gobierno que ahora queda totalmente en entredicho

Conversación entre Pedro Sánchez y José Luis Escrivá

El secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inicia la primera de las conversaciones bajo el título

Conversación entre Pedro Sánchez y José Luis Escrivá El secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inicia la primera de las conversaciones bajo el título "De trabajo con..." con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Foto: Eva Ercolanese / PSOEEVA ERCOLANESE

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Este martes se han conocido dos nombramientos de suma importancia para nuestra arquitectura como país. Uno es el del hasta ahora ministro José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España, que se va a materializar en breve y que supone un paso importante en el deterioro institucional de España.

Por primera vez se nombra a un ministro al frente del Banco de España, una institución independiente del Gobierno que ahora queda totalmente en entredicho. Es un caso similar al de la Fiscalía General del Estado cuando Pedro Sánchez colocó allí a su hasta entonces ministra de Justicia, Dolores Delgado. La independencia de la Fiscalía quedó herida de muerte aquel día y aún no se ha recuperado, todo lo contrario.

El otro nombramiento, que ya es un hecho, es el de la jueza izquierdista Isabel Perelló como presidenta del CGPJ y del Tribunal Supremo. Podría pensarse a simple vista que aquí logra Sánchez imponer también su voluntad con una mujer del sector izquierdista, pero no es ni mucho menos así. Perelló no estaba entre las candidatas que quería imponer el sanchismo. Había dos: Pilar Teso, impulsada por el ministro Félix Bolaños, y Ana Ferrer, avalada por el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido.

Los vocales conservadores del CGPJ se negaban a votar a cualquiera de las dos por su perfil absolutamente politizado y optaron por poner encima de la mesa el nombre de Isabel Perelló, que aparentemente cumplía todos los requisitos exigidos por la Moncloa: mujer y del bloque de magistrados de izquierdas. Todos los conservadores votaron a favor, no así los mal llamados “progresistas”. Para ver a Perelló electa hubo que esperar a una segunda votación y alguna ‘deserción’ en la bancada “progresista”.

Y es que a Pedro Sánchez no le sirve nadie que tenga un perfil de izquierdas, necesita más, alguien más comprometido con la causa sanchista. Quiere un Conde-Pumpido, una Dolores Delgado o un Tezanos dispuestos a obedecer órdenes y aprobar todo aquello que le convenga al jefe. Sánchez no quiere partidarios, ya ha superado esa pantalla. Ahora exige adhesiones inquebrantables.

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