La guerra de Sánchez gana terreno

El Tribunal Constitucional, el CGPJ, la Fiscalía General, la Abogacía del Estado, RTVE, el CIS, EFE, Paradores, Correos, la CNMV, Patrimonio Nacional, AENA, Red Eléctrica. Todo ello por no recordar que el Congreso de los Diputados es una sala más de La Moncloa presidido por Francina Armengol. Es un suma y sigue sin fin. La manu longa de Sánchez es insaciable. Ahora, se había empeñado en colocar a su ministro, José Luis Escrivá, en el Banco de España y ninguna barrera se lo ha impedido. Nuestro soberbio presidente hace favores a los suyos y les recuerda que en algún momento se los deberán devolver. La fidelidad es una seña de identidad si se desea prosperar con el sanchismo. O con Pedro o contra Pedro. Y fuera hace mucho frío.

Así las cosas, tras esa ocupación partidista de las instituciones de todos los españoles, se va implantando tal grado de sectarismo cegador como para defender sin titubear lo indefendible, Miren la “hazaña” intelectual de la portavoz socialista Esther Peña. Diez sobre diez en estulticia. A la mandataria de Ferraz se le ha ocurrido que la “fiscalidad singular” de Cataluña es como la que disfrutan Soria, Teruel y Cuenca. De chiste. En fin, todos sabemos que hablamos de lo mismo, el pacto con ERC para hacer “president” a Salvador Illa tomó el guion económico de la España vaciada. Nos toman por tontos. A tal punto de desfachatez se llega. El “puto amo”.

A. M. BEAUMONT