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EDITORIAL

La máquina del fango está enchufada en Ferraz

Ese individuo que controla la máquina del fango, que miente más que habla y que presiona a periodistas quiere decidir él quién es un buen periodista y quién un mercenario

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante el acto de presentación de la nueva campaña 'Transporte público'.Europa Press

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Ya sabemos dónde está instalada la famosa máquina del fango. Está enchufada en la calle Ferraz, en la sede del PSOE y Sánchez tiene el mando a distancia en el Palacio de la Moncloa. Ya lo sabíamos, pero los acontecimientos de las últimas horas han terminado de confirmarlo.

Primero ha sido una información de El Confidencial con un titular demoledor: “El PSOE prepara en secreto una campaña contra jueces, fiscales y periodistas para tapar el caso Begoña” desvela que “la operación de Ferraz consiste en difundir de forma escalonada, con la ayuda de medios y opinadores afines, supuestos datos comprometedores de miembros de la judicatura y profesionales de la comunicación para tratar de desacreditarlos y, posteriormente, tratar de judicializar esas noticias para montar causas que amplifiquen las supuestas revelaciones y contrarresten las causas que ya perjudican a los socialistas”.

Es la perfecta descripción de la máquina del fango trabajando a toda máquina al servicio de Pedro Sánchez. Eso, unido al Plan Censura que él llama de Plan de Acción por la Democracia, dan como resultado la estrategia perfecta para silenciar a los medios críticos. Les desprestigio con informaciones falsas fabricadas en Ferraz y luego, con ese argumento, les quito la financiación y veremos qué más.

Lo más lamentable es que el que pretende erigirse en paladín de la información veraz es el mayor mentiroso que ha ocupado nunca el Palacio de la Moncloa. Sus mentiras, manipulaciones y falsedades no se cuentan con los dedos de la mano. Nos ha engañado con casi todo, algunos temas de un calado tremendo y con unas consecuencias incalculables: la amnistía; los pactos que le quitaban el sueño con Podemos y los que negaba con Bildu y los golpistas catalanes; el concierto económico con Cataluña… ¡Nos ha engañado hasta con su tesis doctoral! Es un individuo sin palabra y, por lo tanto, sin credibilidad alguna.

Además, según denuncia el periodista David Alandete, Pedro Sánchez le llamó por teléfono cuando trabajaba como ex director adjunto de El País para exigirle “a gritos” que cambiara un titular de una noticia. “No ayudas a la causa”, fue el argumento del entonces líder de la oposición ante el periodista, que no tragó.

Ese individuo que controla la máquina del fango, que miente más que habla y que presiona a periodistas quiere decidir él quién es un buen periodista y quién un mercenario, qué medio merece ese calificativo y cuál no es más que pseudomedio digno de desprecio al que hay que cerrar, qué noticia es veraz y cuál es un bulo. Sería incluso divertido si no fuera porque lo que está en juego es nada más y nada menos que la libertad de prensa, uno de los pilares esenciales de la democracia.