Las clavES de Hugo Pereira
Las piruetas de Sánchez sin límites: de ningunear al Congreso a pedir a Feijóo su apoyo…sin negociar
Hay que reconocerle a Sánchez su capacidad para hacer piruetas y enarbolar el ‘donde digo digo, digo Diego’. Es un estratega nato y controla la comunicación como nadie. Eso es así. La última ha sido desdeñar al Congreso con esa célebre afirmación del presidente del Gobierno, si cabe premonitoria, durante el reciente Comité Federal del PSOE, de “seguiré gobernando con o sin el concurso del legislativo”. Aunque, cabe decirlo, desde La Moncloa la consideran un error y argumentan que no quería decir lo que Sánchez dijo sino otra cosa que tampoco se entiende demasiado bien.
Más allá de eso, los Presupuestos están obligando a Sánchez a descender a la tierra y vislumbrar un difícil futuro para aprobarlos. Si bien puede gobernar prorrogando, una vez más, las cuentas generales del Estado -no hay nada en términos legales que se lo impida- lo cierto es que le será muy complejo desplegar “su agenda social”, como le gusta decir al líder del Ejecutivo. Pues un millón arriba o un millón abajo, en palabras de la ministra Montero, sí que puede complicar una legislatura que se está basando en prometer y repartir fondos públicos para mantenerse en La Moncloa (véase como cercano ejemplo la “financiación singular” y todo lo que deriva de ella).
Y sacar adelante los Presupuestos no es sencillo. Primero han de aprobar la senda de estabilidad, la base de las Cuentas, en el Consejo de Ministros. Posteriormente, pasará al Congreso y, si el Ejecutivo reúne los apoyos suficientes, al Senado. Allí es previsible que la mayoría absoluta del PP tumbe la nueva senda. Pero no pasaría nada, porque el Gobierno que viene a “regenerar la democracia” con su "Plan de Acción por la Democracia" ya se ha encargado en junio, con la mayoría del Congreso, eso sí, y a través de una enmienda en la ley de Paridad -que nada tiene que ver con los Presupuestos-, de eliminar la capacidad de veto del Senado sobre los objetivos de estabilidad. En otras palabras, que, con sus socios, se han cargado un contrapeso al Ejecutivo que tan necesarios son en una democracia. Cosas que pasan para que otras no pasen.