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EDITORIAL

El Gobierno pierde el Congreso: así es imposible gobernar

Pero al Gobierno le da igual. Ya dijo Pedro Sánchez en el último Comité Federal del PSOE que iba a seguir adelante con o sin el apoyo del Congreso

Pedro Sánchez a su salida de una sesión en el CongresoJesus Hellin/STUDIO MEDIA 19

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Desde el inicio de la legislatura el Gobierno ha perdido 35 votaciones en el Congreso de los Diputados. La última fue este martes, la ley de arrendamiento temporal, promovida por Sumar y el PSOE, que se encontró con los votos en contra del PP, Vox y Junts. Los de Puigdemont cambiaron a última hora el sentido de su voto, de abstención a no, probablemente como una demostración de fuerza, para hacer que el Gobierno besara la lona una vez más.

Los independentistas están muy enfadados con Pedro Sánchez desde que se alió con ERC para lograr la investidura de Salvador Illa y, de paso, quitársela a Carles Puigdemont, que no lo perdona. Su voto ha sido decisivo para cortarle el paso a los presupuestos generales del Estado y cada vez que puede le demuestra a Pedro Sánchez que sin sus votos no hay legislatura posible y que si los quiere va a tener que pagar un precio desorbitado. Pero la dificultad del Gobierno para sumar mayorías es anterior al enfado de Junts. Han sido otros partidos los que le han hecho perder algunas de esas 34 votaciones: Podemos e incluso el PNV y ERC se han posicionado en contra de las iniciativas del PSOE en varias ocasiones y por distintos motivos, dejando patente que esta legislatura es un sudoku muchas veces irresoluble.

Pero al Gobierno le da igual. Ya dijo Pedro Sánchez en el último Comité Federal del PSOE que iba a seguir adelante con o sin el apoyo del Congreso. Y en privado líderes socialistas reconocen que ni siquiera van a intentar negociar con Junts o con el PP los presupuestos generales del Estado, tal y como informamos este miércoles en ESdiario. Eso deja muy clara una cosa: Pedro Sánchez ha renunciado a gobernar y ya sólo pretende mantenerse en el poder, que es algo muy diferente.

Eso no quiere decir que no pueda hacer daño durante el tiempo que logre estar en la Moncloa. De momento el deterioro institucional avanza. Sánchez ha colonizado el Banco de España nombrando a un ministro como gobernador y a una socialista como subgobernadora, sin consenso con nadie. Aprovechará todos los resortes disponibles para usar su cargo y abusar de sus potestades como presidente.

En cualquier otra democracia de la Unión Europea con un gobierno normal, la minoría parlamentaria de un Gobierno, la imposibilidad de legislar, se resolvería dándole la voz a los ciudadanos en las urnas. Pero España no es ahora mismo una democracia equiparable a las de su entorno porque nuestro presidente del Gobierno no es un gobernante que crea demasiado en la democracia. Su único objetivo es el poder por el poder y va a ser difícil arrebatárselo porque no tiene límites ni principios, por lo que hará cualquier cosa para mantenerse en la Moncloa. Ya lo ha demostrado.