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LA MIRILLA

Los pecadores Juan Carlos y Bárbara, y el Rey Felipe

El Rey Felipe, este viernes en su visita al Museo Dalí.Europa Press

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Se entremezclan las noticias de la no invitación a la toma de posesión de la nueva presidenta de México al Rey Felipe por no pedir perdón por la Conquista, con las fotos descoloridas en una revista holandesa de Don Juan Carlos besándose con la actriz Bárbara Rey. Escándalo. Inquinas familiares. Intereses. 

La Monarquía en el foco, político y del colorín. Juicio moral a actos de hace años que en su día se conocieron y no movieron interés alguno, salvo para los amantes de las series de espías. El hoy y el ayer mezclados. Las tertulias se deshacen con un mix de historias reales, ciencia ficción y NODO.

Hace unos días el Rey Juan Carlos justificó hacer unas memorias en que le estaban robando su historia. Sí, se está asentando otra Transición. Es cierto, si se compara lo que pasó en España hace años con lo que cuentan “adanistas” de la política y el periodismo patrio, cualquier coincidencia con la realidad es pura casualidad. Lo dice alguien que vivió esa etapa y que no necesita que se la reescriban. 

Se cambia nuestra historia sin que nadie alce la voz por temor a ser políticamente incorrecto y condenado socialmente al perpetuo silencio. Los tribunales “woke” son una moderna Santa Inquisición que no admite el perdón. Según Sumar y la vicepresidenta Yolanda Díaz, los españoles debemos ponernos de rodillas y suplicar que un castigo divino permanente nos fustigue por tantos pecados. Esta izquierda moralista cada vez se siente más cómoda subida al púlpito.

A. M. BEAUMONT