LA MIRILLA
El cabreo de Sánchez con Puigdemont
Carles Puigdemont interviene tras su efímero regreso a España el pasado mes de agosto.
Hace tiempo que Pedro Sánchez vio que haberse fiado de Carles Puigdemont había sido un error. Sí, le permitió arrancar la legislatura, pero el fugado de Waterloo fue capaz, por echarle un pulso al mandatario socialista, incluso, votar inicialmente en contra de la ley de amnistía que le había preparado el Gobierno para él mismo. El cabreo presidencial fue enorme. Sabe el presidente que el líder de Junts es un dolor de muelas insoportable.
Tan insoportable, que el mandamás socialista ha decidido jugárselo todo a una carta: o aprueba Puigdemont el techo de gasto y apoya el Presupuesto o la ruptura será total. De momento, desde La Moncloa se juegan las cartas de aplazar todo lo posible la decisión del TC sobre amnistiar a Puigdemont, por si acaso.
En días, Junts, en este momento, negociando con el PSOE el sí a las cuentas del Estado, tendrá que aclarar la postura que adopta. Blanco o negro, no hay término medio. Si es sí, Sánchez saldrá airoso porque la legislatura podrá estirarse tres años sin agobios. Además, ello meterá presión a Alberto Núñez Feijóo, que verá mucho más lejos la posibilidad de las urnas.
Pero, si la decisión de los de Puigdemont es seguir en su negativa, en La Moncloa, en estas horas, no descartan nada, ni siquiera ir a la guerra total contra el líder de Junts y convocar elecciones anticipadas. Así que el reloj del sanchismo corre y todos los concernidos están al corriente.
A. M. BEAUMONT