Alvise, coge la pasta y corre
Es lo que tiene haber nacido para salvar a la humanidad: la fiesta no acaba nunca. Luis Pérez Alvise se ha embarrado. Otro más. Cien mil euros recibidos de un empresario le estrangulan. Él dice que no los declaró puesto que su filosofía es enfrentarse a una Hacienda opresora. La Fiscalía, sin embargo, lo investiga como un delito electoral. De una u otra forma, estamos ante un político que se considera por encima de la ley. Como Carles Puigdemont, charlatán de feria vestido para grandes galas regeneradoras que, a la primera de cambio, se zambulle en razones espurias.
Ciertamente, Alvise ha trufado sus ideas. Seguramente, claro, todavía habrá algunos que consideren estar ante un revolucionario contra el que el sistema 'corrupto' reacciona. En eso se basa el populismo. A Pablo Iglesias y su Podemos se le cayó el chiringuito cuando pasó de vivir en Vallecas, porque según decía "se piensa como se vive", a comprarse un chalet en Galapagar. La incoherencia le mató. Alvise, para desgracia de quienes le votaron, creyéndole "solución" a sus protestas, al final, parece un mesías populista más que asegura el viaje a la tierra prometida y, según se sube al coche, cambia los papeles para revender el vehículo y quedarse con la pasta. A.M.BEAUMONT