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El Rey no puede ser una herramienta al servicio de Pedro Sánchez

El Gobierno se ha negado a aplazar el viaje del Rey a Jordania a pesar de la escalada bélica que se registra en la zona y que, por mero sentido común, aconseja no poner en ningún riesgo a Felipe VI

Pedro Sánchez y Felipe VI

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La polémica está servida. El Gobierno se ha negado a aplazar el viaje del Rey a Jordania a pesar de la escalada bélica que se registra en la zona y que, por mero sentido común, aconseja no poner en ningún riesgo a Felipe VI. No hay motivo de peso para hacerlo, pero Pedro Sánchez ha decidido que la presencia de nuestro Jefe de Estado en ese país puede fortalecer el papel de España como mediador entre Oriente Medio y la Unión Europea. Y eso vale más para él que la debida prudencia que requiere la situación.

Porque el viaje a esa zona en estos momentos tiene sus riesgos, como lo demuestra el hecho de que se pensó en suspenderlo y finalmente se ha decidido modificar de manera sustancial las condiciones del mismo. Por ejemplo, estaba previsto que se desplazaran hasta allí los Reyes en un viaje de Estado de tres días, pero finalmente irá solo Felipe VI, sin la Reina, y estará alrededor de 24 horas allí. En concreto llegará a Amán el próximo sábado por la tarde y se marchará el domingo.

Los viajes internacionales del Rey o de los Reyes no los decide Casa Real sino Moncloa. Es el Gobierno el que establece su agenda fuera de España y en otras ocasiones se ha suspendido algún desplazamiento por problemas de seguridad. Así que si esta vez no se ha aplazado se debe exclusivamente a una decisión del Gobierno. Eso no tiene vuelta de hoja.

La integridad física del monarca no puede estar supeditada al interés de Pedro Sánchez en mover ficha en la escena internacional, más aún si la asunción del riesgo no conlleva ningún beneficio claro para España. Consolidarse como un nexo de unión entre Oriente Medio y la Europa de los 27 no parece uno, desde luego. La visita a Jordania de Felipe VI puede aplazarse a cualquier momento o incluso puede suspenderse si es necesario, pero nunca se debe utilizar al Rey como una herramienta al servicio del Gobierno y menos al servicio de los intereses o aspiraciones del presidente del Gobierno. Así que Sánchez aún está a tiempo de rectificar.