“¡Sánchez, qué te vote Txapote!”

La larga mano de Arnaldo Otegi, con la complicidad de Pedro Sánchez y la idiotez de los diputados de la oposición, van a permitir perdonar 400 años de cárcel a etarras condenados y que salgan inmediatamente de prisión 41 asesinos, entre ellos Txapote. Más de 800 asesinados se remueven en sus tumbas. Hoy sí se puede gritar con toda razón a Sánchez lo de “¡Qué te vote Txapote!”, que tanto le molestaba escuchar en campaña electoral. 

El líder batasuno, seguramente, nunca pudo imaginarse que un presidente del Gobierno español, en democracia, iba a conceder tal victoria política a quienes tanta muerte y terror causaron para alcanzar sus objetivos siniestros. Además, lo ha hecho sirviéndose del engaño y el sigilo, colando una enmienda que permitiese la victoria de los del hacha y la serpiente. El Congreso de los Diputados ha deshonrado la confianza que millones de españoles depositaron en sus representantes. Unos por complicidad, los otros, por inútiles, que no se leen ni aquello que votan.

Ahora, ya no hay remedio. Pedir perdón como han hecho PP y Vox, decir que hubiese salido de cualquier modo la enmienda por la mayoría de diputados aliados del PSOE, no es suficiente. Es imprescindible que Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal pongan nombre y apellido a los responsables del desaguisado para que asuman su desidia. 

Con todo, no se puede dejar pasar que el verdadero culpable de la vileza es Sánchez y sus políticas. Demasiadas veces escudan las acciones del presidente en aquello de “no tener más remedio” por ser la única forma de sobrevivir políticamente que tiene. No es así. Si hace lo que hace es porque realmente desea. Él y el PSOE que calla, son quienes van a permitir que un sanguinario como Txapote salga de la cárcel siete años antes. Una ruindad imperdonable. 

A. M. BEAUMONT