La pregunta del millón: ¿por qué la trama Koldo temía que Pedro Sánchez tuviera el móvil pinchado?

“Algunas de las solicitudes de Koldo revestían un carácter de alta sensibilidad, como pretender conocer si el teléfono del presidente del Gobierno o del que fuera ministro de Fomento, estuvieran intervenidos”, esto se lee en un informe que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil entregó a la Audiencia Nacional el pasado 7 de octubre.

Concretamente, se trata de una solicitud que Koldo García, el ex asesor del ex ministro José Luis Ábalos, quien fue persona de la máxima confianza de Pedro Sánchez en su etapa como Secretario de Organización del PSOE –‘número 3’ del partido-, hizo a Rubén Villalba, un comandante de la Guardia Civil que, tal y como ya se conoce, recibió 88.000 euros de Víctor de Aldama, comisionista del caso Koldo. No solo eso. La UCO da por acreditado que Rubén Villalba proveyó de seguridad en sus comunicaciones y consultas en bases de datos policiales a la “organización criminal”, tal y como la Guardia Civil tilda a la trama Koldo.

Pero aquí la pregunta clave es por qué la ‘cúpula’ del caso Koldo temía que el presidente del Gobierno tuviera el móvil pinchado por la Guardia Civil. Es legítimo y lógico hacerse, ante esto, varias preguntas: ¿temían de su pinchazo porque Pedro Sánchez estaba, al menos, al tanto de la existencia de tal “organización criminal”? Si no lo estaba, ¿es que Pedro Sánchez de forma directa o indirecta, consciente o inconscientemente, tiene algún tipo de implicación con la trama? ¿Llegó a usar, vía interpuestos, el líder del Ejecutivo a los cabecillas de la trama Koldo para conocer si la Guardia Civil le estaba investigando o no? Y si eso fue así, en suma, ¿por qué temía que la UCO lo investigara?

Desde luego son muchas preguntas las que surgen, que impactan en Pedro Sánchez, a raíz de la última información conocida sobre el caso Koldo tras el primer volcado de datos de los móviles de los cabecillas de la “organización criminal”.

Es muy posible que Pedro Sánchez, efectivamente, no tenga absolutamente nada que ver con el caso Koldo, y que ni tan siquiera tuviera conocimiento de la existencia de tal entramado criminal. Pero también puede ser que sí. No se sabe, por el momento. 

Es por ello que lejos de esconderse y no dar explicaciones más que repetir “fango, fango y más fango”, diera explicaciones. Por el bien de todos los españoles que, más allá de la ideología que profese, no quieren tener a un presidente del Gobierno salpicado por una corrupción política que, por desgracia, tanto ha azotado a nuestro país antaño; pero también por su propio bien personal: el desgaste de Pedro Sánchez es palmario, se manifiesta tendencialmente en todas las encuestas -salvo en el CIS-, por tanto es imprescindible que, cuanto antes, corte cualquier tipo de sospecha. Pero no quiere. Y la pregunta es: ¿por qué?