El farsante Sánchez, ahora, látigo contra corruptos

No va a ser fácil quitarse de encima a un presidente tan cínico y farsante como Pedro Sánchez. Ahí está, con toda la porquería que va saliendo de su entorno más próximo… se encoge de hombros y quiere hacer creer que va por la vida como garantía de que quien la hace la paga. A mi plin, yo duermo en pikolín. Una vergüenza tras otra.

Un hombre capaz de retirarse cinco días a meditar si merecía la pena seguir o no, dijo que por amor a su esposa, cuando se supo que había sido imputada judicialmente, y se comprobó, más tarde, que, en realidad, lo que hacía era esconderse detrás de Begoña Gómez, poniéndola en evidencia ante el mundo entero, para salvarse él de la quema, desde luego, es capaz de todo. 

Sánchez es alguien de una catadura moral tan insufrible, que asusta. No estamos ante un político normal, al revés, es una anormalidad tras otra sin límites. Por eso mismo, por su falta de normas éticas, a alguien así no se le va a sacar del poder ni con agua hirviendo. Una vez que llegó a La Moncloa tuvo claro que su único fin era mantenerse y, para ello, le vale lo que sea. A.M.BEAUMONT