EDITORIAL
Escondan las carteras: Sánchez promete a la UE nuevas subidas de impuestos
Es necesario abrir el debate de cuál es el límite a los impuestos porque en términos generales no dejan de crecer año a año, década tras década
Pagar impuestos es bueno. Ese es el mantra que la izquierda ha conseguido instalar como un principio inamovible e indiscutible de la acción política. Todo el que lo contradiga se convierte en un peligroso neoliberal. Lo cierto es que el dinero que ganamos con nuestro trabajo es nuestro y pagar impuestos al Estado es un mal necesario que hay que acotar.
Es decir, es necesario abrir el debate de cuál es el límite a los impuestos porque en términos generales no dejan de crecer año a año, década tras década. Si no se acota podríamos llegar a entregar al Estado el 100% de nuestros ingresos en aras de una pretendida justicia social y redistribución de la riqueza a las que no nos está permitido oponernos.
Pedro Sánchez ha aumentado la presión fiscal como jamás antes había sucedido en España. Pero es insaciable y ya se ha comprometido con la Comisión Europea a implementar una reforma fiscal que busca aumentar la recaudación en 4.500 millones de euros adicionales. Ya dijo Pedro Sánchez hace muy pocos días que hay margen en España para subir la presión fiscal y acercarla a la media europea. Pero, ¿de dónde va a salir ese dinero? De nuestro bolsillo, no le quepa duda.
De momento sabemos que el Gobierno tiene la intención de hacer permanentes los impuestos teóricamente coyunturales con los que se cargó a bancos y empresas energéticas. El problema principal es que esa medida va a recaudar 2.800 millones de euros al año, pero quedan 1.700 más para llegar a los 4.500 comprometidos con la Comisión Europea. Y ahí es donde los españoles de nómina van a salir trasquilados sin ningún género de duda. La clase media va a pagar el pato, como de costumbre.
La cuestión es por qué hay que subir los impuestos si el Estado ya está obteniendo una recaudación récord desde hace años. La respuesta más obvia es para que Pedro Sánchez pueda seguir comprando voluntades a fuerza de cheques, pagas y subvenciones. Y, sobre todo, para que pueda pagar a los independentistas catalanes el concierto económico sin que las demás comunidades autónomas se resientan demasiado. La injusticia será la misma, Cataluña recibirá mucho más que el resto.
El caso es que las políticas de Sánchez nos van a salir carísimas a los españoles. Sánchez nos va a meter la mano en el bolsillo por cuestiones de supervivencia personal, porque necesita ese dinero para mantenerse en la Moncloa y porque la izquierda entiende esto de los impuestos al revés: cree que el dinero que ganamos le pertenece al Estado y éste decide cuánto nos permite quedarnos. La realidad es la contraria: el dinero que ganamos es nuestro y deberían pedirnos disculpas por cada euro que nos arrebatan en forma de impuestos. Hay que dar esa batalla porque de lo contrario va a llegar un momento en el que nos lo quiten todo.