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LA MIRILLA

Las campanas tocan a muerto por Pedro “el uno”

Pedro Sánchez, este miércoles en la cumbre hispano-portuguesa en Faro.ALBERTO_DIAZ

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Pedro Sánchez tiene ya alias: “el 1”. Así se le llama en un auto de la Audiencia Nacional sobre una trama corrupta de comisionistas encubiertos. Auto que señala, por cierto, a quien fuera su número dos y “hombre para todo”, en el partido y en el Gobierno, José Luis Ábalos, como “el jefe”. La pistola humeante cada día parece estar más cerca de la mesa del presidente. De momento, la presunción de inocencia, por supuesto le ampara. Aunque él mismo, con menores indicios, haya pedido —y pida— dimisiones de políticos a los que ha acusado directamente de “indecente”, como a Mariano Rajoy en su día, o “corrupta” , a Isabel Díaz Ayuso, ahora. De momento, la esposa del mandamás socialista está imputada y su persona de confianza plena va camino de ser investigado por el Tribunal Supremo.

Tratar de seguir esquivando el “elefante en la habitación” no va a evitar que el problema actual que tiene el conglomerado sanchista siga creciendo. Porque es “el 1” donde llevan todos los caminos. Pablo Iglesias, al que olfato político no le falta, ha visto rápidamente por dónde van los tiros y ha colocado a Podemos en clara oposición a Sánchez. Pronto dará el paso de volver a la política para buscar aglutinar toda la izquierda más a la izquierda del PSOE y sustituir a Sumar en esa posición. Yolanda Díaz y los suyos tienen las horas contadas si no rompen con el socialismo que cierra filas con Sánchez. Así que la coalición gubernamental o se rompe en días o saltará por los aires hecha añicos.

Mientras, PNV y Junts, ven ya que el abrazo con el presidente del Gobierno les tizna. Por supuesto. Pero, no desean salir a escape todavía, puesto que quieren antes cobrarse los compromisos que se han llevado en la mochila gracias a la debilidad del inquilino de La Moncloa. Bildu y ERC en este momento preciso son intrascendentes.

El sanchismo va a desmoronarse además más rápidamente de lo que sólo hace un mes se pensaba. Pedro Sánchez, claro, tratará por todos los medios aguantar el chaparrón, aunque la realidad política que le rodea cada vez es más terca e insiste en llevárselo por delante. A un mes y unos días del Congreso del Partido Socialista en Sevilla, si alguna música suena en la calle Ferraz, es las campanas a muerto. Esto no da más de sí. La política española se ha convertido en un periódico diario de mangantes.

A. M. BEAUMONT