EDITORIAL
Errejón confiesa sus abusos y deja a Yolanda Díaz hundida: debería dimitir
Errejón ha terminado aquí su vida política, por supuesto, pero hay otros dirigentes de su partido que tienen también que dar muchas explicaciones porque han mirado para otro lado durante mucho tiempo.
Iñigo Errejón es pasado político, presente apestado y futuro penal. Nadie quiere saber nada de un presunto maltratador al que le ha caído de repente una tormenta de denuncias de mujeres, la mayoría anónimas y en redes sociales, que han acabado con él personal y políticamente en cuestión de horas. En su caso no parece que estemos ante un juicio sumarísimo, pues él mismo confesó al menos parcialmente sus ‘pecados’ ante su propio partido, según afirman en Mas Madrid y en Sumar. Reconoció “comportamientos no ejemplares”.
Si eso es así, solo falta aclarar cuántas víctimas puede haber de esos comportamientos y qué acusaciones son ciertas, porque algunas son tremendas y hablan incluso de humillaciones sexuales. De serlo todas, las de abusos psicológicos y sexuales, estaríamos ante un monstruo, un depredador de mujeres escondido detrás de una máscara de feminista, el más feminista.
En todo caso sería recomendable que el linchamiento social que está recibiendo se encauzara por vía judicial, con las pertinentes denuncias que den lugar a una investigación capaz de aclarar las cosas como se deben aclarar en un Estado de derecho.
Ya hubo denuncias similares hace un año y medio contra Errejón en las redes sociales y que las ignoraron por completo. Una tuitera anónima denunció una “agresión sexista” que ocurrió “en un evento feminista”, en el que el político le “metió mano” en dos ocasiones y sin su consentimiento.
Errejón ha terminado aquí su vida política, por supuesto, también la social y veremos qué consecuencias penales puede tener todo esto para él. Pero hay otros dirigentes de su partido, Más Madrid, y de la coalición en la que está integrado, Sumar, que tienen también que dar muchas explicaciones.
Yolanda Díaz es la más señalada como cabeza visible que es de Sumar. La siempre locuaz vicepresidenta se ha quedado muda y solo hemos podido conocer su posición a través de las redes sociales. En X ha dicho que “esta semana, Sumar ha iniciado un proceso para recabar información sobre los testimonios surgidos en redes sobre Iñigo Errejón. Como resultado del proceso, hoy deja todos sus cargos”. Es decir, que gracias a sus pesquisas, Errejón se ha marchado a casa.
Se le olvida decir que ya hubo denuncias similares hace un año y medio contra Errejón en las redes sociales y que las ignoraron por completo. Las ha publicado el diario Público. Fue en junio de 2023 cuando una tuitera anónima denunció una “agresión sexista” -así la denominó ella- por parte del dirigente de Más Madrid. Para más inri, ocurrió “en un evento feminista”, afirmaba, en el que el político le “metió mano” en dos ocasiones y sin su consentimiento.
¿Por qué nadie hizo nada entonces? ¿No interesaba? ¿Era mejor taparlo? Haber actuado como ahora podría haber evitado un mal trago a otras mujeres que en este año y medio han podido ser víctimas de Errejón. Yolanda Díaz sale muy mal parada de este episodio y probablemente debería dimitir por haber mirado para otro lado durante mucho tiempo hasta que la bomba le ha estallado delante de sus narices.