Begoña Gómez declarará ante Peinado por dos nuevos delitos: ¿Volverá a encerrarse Sánchez en La Moncloa?

¿Se va a encerrar Pedro Sánchez otra vez en La Moncloa durante 5 días? ¿Va a escribir otra de sus cartas a los ciudadanos? Cualquier cosa es posible después de que el juez Juan Carlos Peinado haya imputado dos nuevos delitos a Begoña Gómez relacionados ambos con el famoso software de la Universidad Complutense y, atención, le cite a declarar otra vez el 18 de noviembre. Se trata de apropiación indebida e intrusismo profesional. Y tiene un buen lío por delante porque estos dos delitos, de haber existido, son más fáciles de probar que el tráfico de influencias, según nos dicen todos los juristas consultados. Después de hacer el indio en la India la pareja presidencial recibe un nuevo baño de realidad. La corrupción le pisa los talones.

Vamos a recapitular, para que se entienda bien de qué hablamos. Varias empresas accedieron a instancias de Begoña Gómez a desarrollar un software para el máster que impartía en la Complutense. Se trata de un trabajo valorado en 150.000 euros que esas empresas (Indra, Google y Telefónica) donaron de manera altruista a la Universidad. El problema es que presuntamente Begoña Gómez lo registró a su nombre para utilizarlo con fines particulares. De ahí la posible apropiación indebida. Pero hay más. Ese software requirió un trabajo adicional, una adaptación final que sufragó la Complutense y que costó 60.000 euros más. Para ese trabajo se necesitó contratar a una empresa externa mediante unos pliegos de contratación que firmó la propia esposa de Sánchez. Y ahí, según el Colegio de Ingenieros Técnicos Informáticos, que es el denunciante, se produjo el presunto delito de intrusismo, ya que Begoña Gómez no tenía la titulación necesaria para firmar.

El caso es que se confirma una vez más que el calvario judicial para Begoña y Pedro Sánchez se va a prolongar. La próxima estación es el 18 de noviembre en los juzgados de Plaza de Castilla. Y Sánchez ha gastado ya un argumento, el de que el juez Peinado le persigue sin motivo, y ha gastado también muchos comodines: el encierro en La Moncloa, las cartas a los ciudadanos... A ver qué se le ocurre ahora. No hay que subestimar su capacidad de dar giros al guión.