Ni 100 muertos paran la miseria moral del Gobierno: Sánchez busca una batalla política con la DANA

Aún los cadáveres de más de 100 personas están calientes y ya ha estallado la guerra política que, a buen seguro, se va a intensificar en los próximos días. Desde el Gobierno y desde la izquierda, hay que decirlo, ven en la DANA una oportunidad política tanto o mas que una tragedia. Es triste decirlo , pero es así. Desde el primer minuto han intentado derivar al presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, la culpa de lo sucedido: que si desmanteló la UME Valenciana, un bulo que no se sostienes, que si avisó tarde y no reaccionó a tiempo... Al Gobierno le interesa una batalla política, a pesar de que, puestos a buscar responsabilidades, también tendrían que explicar por qué no se cortó el tráfico en la A3 y la A7, dos carreteras del Estado, permitiendo así que cientos de coches y camiones se dirigieran a la zona cero de la DANA, poniendo en serio riesgo sus vidas, como se ha podido comprobar.

Pero aún con esas responsabilidades al Gobierno le interesa entrar en una guerra política que aparte el foco de los casos de corrupción que acosan a Sánchez, de la crisis del fiscal general, del escándalo Errejón que debilita a Sumar, su socio de Gobierno. Quiere usar la DANA y esos más de cien muertos para crear un debate que eclipse lo demás, aún a riesgo de salir con heridas de esa pelea.

Guerra abierta

La guerra política ya está abierta. Marlaska, en un comunicado del Ministerio del Interior, ha culpado a Mazón directamente de la tardanza en avisar del desastre. Y Sánchez en ningún momento ha buscado el apoyo del PP sino todo lo contrario. Tal y como ha desvelado Feijóo, en ningún momento el presidente del Gobierno ha telefoneado al líder de la oposición para informarle de la situación y buscar quizás una imagen de unidad ante una catástrofe nacional. Sánchez busca, una vez más, el enfrentamiento aunque este jueves en Valencia, con Mazón delante y en plena tragedia aún en marcha, ha optado por asumir un papel presidencial y huir de ese enfrentamiento político que ya se está calentando. Los muertos, es duro decirlo, le importan menos que el sillón de La Moncloa. A Sánchez todo le importa menos que él mismo.