El Gobierno esconde tras la DANA una subida masiva de impuestos

Consternados aún por la tragedia de la DANA en Valencia, tenemos no obstante que ocuparnos de otras cosas que están sucediendo, escondidas probablemente adrede tras ese duelo nacional que vivimos. Prepárense porque el Gobierno nos vuelve a meter la mano en el bolsillo con una nueva subida de impuestos. Y no a los ricos, precisamente, sino a todos, a usted y a mí también. Basta un ejemplo. Si tiene un coche diésel a partir de marzo subirá el impuesto a este carburante y tendremos que pagar cerca de 10 céntimos más por litro. Pero eso es solo el aperitivo. Subida del impuesto al tabaco, subida del IVA de los alquileres turísticos tipo AirBNB, subida del IRPF... En definitiva, un paquete de medidas que consiste en apretarnos más las tuercas a los españoles, porque al parecer, según dice Pedro Sánchez, pagamos pocos impuestos. 

Va tocando abrir un debate en España sobre los impuestos, para desmontar ese mantra de que es muy bueno pagar impuestos... Es necesario pagarlos, desde luego, ese no es el debate, sino cuántos impuestos pagamos. Ya más del 50 por ciento de lo que ganamos se nos va en IRPF, impuestos de todo tipo, tasas, etc... Y vemos como siguen subiendo. ¿Nos pueden quitar el 60 por ciento? ¿Por qué no el 70 por ciento o el 80 por ciento? Ese debate es necesario y urgente porque la voracidad de la izquierda en este asunto no parece tener límites.

Esta reforma fiscal que llega ahora va en esa dirección de asfixiarnos económicamente para que Sánchez pueda disponer de más dinero de los españoles para, por ejemplo, permitir que Cataluña tenga mucho más dinero con el concierto económico que le ha prometido y para satisfacer las demandas de sus socios de todo pelaje y condición. Para mas inri, esta reforma fiscal se presentó en el Registro del Congreso con nocturnidad y alevosía, a última hora del martes, en pleno duelo nacional por los entonces más 70 muertos ya con los que nos acostamos aquella noche. De tapadillo, Sánchez nos mete esas subidas de impuestos que no son a los ricos, como siempre dicen, sino a todos. 

La única esperanza es que las peleas entre los socios hagan inviable la reforma. Porque el PNV y Sumar tienen intereses contrapuestos y es difícil cuadrar el tsunami. De momento el Gobierno se ha echado atrás en eso de meterle un impuesto permanente a las empresas energéticas y solo prorrogará el impuesto a los bancos unos años más. A Sumar esa fórmula no le vale, aunque ahora mismo el partido de Yolanda Díaz anda para pocas bromas, sumido en una profunda crisis por el escándalo Errejón. El PNV sí lo acepta porque podrá eliminarlo en el País Vasco. Que lo pague el resto de España. 

En definitiva, o se pelean entre ellos y esto no ve la luz, o Sánchez nos va a meter la mano en el bolsillo un poco más a todos. Esto empieza a ser intolerable.