LA MIRILLA
Los gritos de dimisión contra Sánchez y Mazón
Nuestros políticos han querido llenarse lo menos posible de barro. Cada uno, desde su posición altanera, ha mirado distante el dolor de la gente, abandonada por una gestión terrible de la crisis. El Rey ha emergido para acabar metido en el barrizal valenciano junto a la Reina. Mientras, Carlos Mazón y Pedro Sánchez seguían peleándose por los protocolos abandonando a los que padecían las terribles consecuencias de la DANA.
Lucha a garrotazos entre autoridades autonómicas y nacionales que ha causado muertos, que esperaban auxilio, ya que nadie les advirtió a tiempo, pero, al menos, hubieran necesitado que los socorriesen con celeridad. Ahora, muy tarde ya, pasado el puente, todos correrán para ponerse en los comités de crisis.
Las noticias que llegan de la zona asolada son terribles. El llanto de la gente quejándose porque “aquí nadie ha venido” debe ser un puño que nos golpee a todos y no solamente a aquellos que han perdido a sus familiares, amigos y casas. No. Lo que hemos visto los españoles estos días no pude quedar tapado cuando salga el sol.
La inutilidad de una clase política que vive del postureo, pero que ni está ni se la espera cuando las cosas vienen mal dadas, no podemos dejarla pasar por más tiempo. Todavía hay que sacar muertos de allí, perdónenme la crudeza. Eso es lo principal ahora. Luego, inmediatamente, el grito de dimisión a los irresponsables Sánchez y Mazón no debería quedar ahogado como tantas veces.
A. M. BEAUMONT