EDITORIAL
El Gobierno de Sánchez tiene mucho que explicar de la DANA: error tras error
En la secuencia de lo ocurrido hay un hecho determinante. La presa de Forata estuvo a punto de sucumbir ante la fuerza del agua el pasado martes por la tarde
El Gobierno de Pedro Sánchez no supo valorar la amenaza de la DANA hasta que ya la situación estaba desbordada y, en consecuencia, no supo trasladar a tiempo a la Generalitat la alarmante información de la que disponía. Es más, cuando la tragedia ya estaba en marcha, tampoco supo reaccionar de manera urgente y decidida, lo que seguramente podría haber aminorado los efectos de la riada y, sobre todo, la pérdida de vidas humanas.
En la secuencia de lo ocurrido hay un hecho determinante. La presa de Forata estuvo a punto de sucumbir ante la fuerza del agua el pasado martes por la tarde. Superado su nivel máximo saltaron todas las alertas en la Confederación Hidrográfica del Júcar, se comenzó a soltar agua y eso aumentó de manera súbita y exponencial el caudal en el barranco del Poyo que se desbordó sin remedio engullido por un tsunami fluvial del que nadie alertó debidamente. Así lo ha desvelado el alcalde de Algemesí: nadie le avisó de que la presa de la Forata había comenzado a evacuar agua a pesar de que la Delegación del Gobierno había quedado en darle información en todo momento sobre la situación.
Las miradas se vuelven a la Confederación, al Ministerio de Medio Ambiente de Teresa Ribera. Cuando quiso avisar de la situación, el río Magro y el barranco del Poyo ya se habían desbordado y la estabilidad de la presa de Forata comenzaba a estar comprometida. Eran las 7 de la tarde. A las 8, la consejera de Interior y Justicia, que es la responsable de las Emergencias, recibió una llamada del secretario de Estado de Medio Ambiente desde Colombia alertando de que la presa podía romperse.
A esa hora y con esa información tan preocupante, un técnico informa a la consejera de que existe el sistema de alerta a los móviles ‘Es Alert’. Llamativo que ella misma no lo supiera, pero no decisivo en ningún caso, porque lo decisivo es por qué no se informó antes a la Generalitat de que la presa estaba desaguando e incluso podía romperse.
El Gobierno de Pedro Sánchez tampoco supo reaccionar cuando la catástrofe estaba en marcha y ya se sospechaba que podría haber un número importante de fallecidos. De hecho, no fue hasta pasadas las 10 de la noche del martes 29 de octubre cuando el Ejecutivo, con Sánchez en la India, decidió convocar un comité de crisis en la Moncloa presidido por María Jesús Montero.
En esa reunión se valoró declarar la Emergencia Nacional para que el Gobierno pudiera asumir el mando total ante una tragedia que afectaba a varias comunidades autónomas, pero finalmente se descartó. El Ejecutivo, con Sánchez volviendo de la India, prefirió dejar que el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, asumiera toda la responsabilidad, sin medios suficientes para hacer frente a lo que estaba sucediendo. Sánchez se limitó a observar desde lejos en vez de coger el toro por los cuernos y arriesgarse al desgaste que puede suponer gestionar una desgracia de este calibre. Ese abandono era lo que le reclamaban los vecinos de Paiporta que, enfurecidos y dolidos, se le echaron encima el pasado fin de semana.
Es evidente que aquí todos los actores implicados pudieron y debieron actuar mejor, pero es totalmente injusto que se quiera cargar la responsabilidad única sobre el Gobierno autonómico. Sánchez hizo dejación de funciones, su Gobierno no supo avisar ni reaccionar a tiempo y ahora utiliza la DANA para intentar sacar tajada política.