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LA MIRILLA

La antipática y escapista Teresa Ribera, no

Teresa Ribera, este martes en Bruselas.Europa Press

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Teresa Ribera es una ministra escapista. Y antipática. Y fanática. Y que ha hecho la vida imposible a los agricultores y ganaderos españoles. Y, también, una agresiva activista contra la energía nuclear. Pues bien, cuando la DANA mataba personas, la responsable de “seguir el flujo del agua”, decidió estar haciendo lobby para defender su elección como comisaria europea. Miró más a Bruselas que a Valencia

La vicepresidenta de Pedro Sánchez y ministra de Transición Ecológica, ahora, paga su pecado de estar desaparecida comprobando que el Parlamento Europeo paraliza su examen a vicepresidenta comunitaria. 

El PP desea, antes de nada, que dé explicaciones en España por haber desertado de sus responsabilidades como ministra para prepararse su carrera particular. No buscan los de Feijóo que el cargo no recaiga en un socialista español, tal como estaba acordado, pero sí que no sea Ribera.

Se apartó a conciencia de la riada y ahora, el fango que no quiso pisar, podría llevársela por delante. Con todo, es lamentable que una política que ha huido de sus tareas en un momento tan dramático para su país quiera optar a un cargo tan relevante en la nueva Comisión Europea. 

Si hizo dejación de funciones como responsable de la Confederación Hidrográfica, si paralizó en 2021, como está demostrado, por fanatismo ideológico, el proyecto de adecuación del barranco del Poyo, cabe pensar que no es la persona más adecuada para ser ascendida a un cargo tan importante en Europa.

A. M. BEAUMONT