EDITORIAL
El Gobierno, una de cal y otra de arena: sin reforma fiscal, pero con RTVE bajo su yugo
Que el Gobierno no gobierna lo hemos vuelto a comprobar con la reforma fiscal que pretende llevar a cabo y que ha tenido que aplazar por segunda vez debido a que no es capaz de poner de acuerdo a todos sus socios
En las últimas horas hemos vuelto a comprobar que nuestro Gobierno ni tiene mayoría para gobernar ni es progresista ni se rige por unos patrones democráticos homologables a los de cualquier país de nuestro entorno. Y no nos referimos a la demanda de la pareja de Ayuso a María Jesús Montero, que bien podría incluirse en este último epígrafe sobre la falta de valores democráticos del Ejecutivo, pero esa es otra historia.
Que el Gobierno no gobierna lo hemos vuelto a comprobar con la reforma fiscal que pretende llevar a cabo y que ha tenido que aplazar por segunda vez debido a que no es capaz de poner de acuerdo a todos sus socios, unos de derechas, otros de izquierdas y ninguno progresista sino todos independentistas o comunistas o ambas cosas a la vez.
A priori, tener un Gobierno sin capacidad de sacar adelante leyes debería ser algo muy negativo, pero en este caso concreto podemos calificarlo de buena noticia. Esta reforma fiscal es un ejemplo que viene al pelo. De momento nos libramos, por ejemplo, de la subida del diesel y del encarecimiento de los alquileres turísticos, que llenar el tanque de un viejo coche de gasoil e irse de fin de semana a Salamanca a un apartamento de AirBnB es cosa de ricos, al parecer. Se aparca también el impuesto a los bancos que, como todos los impuestos a las empresas, acabaría repercutiendo en el consumidor de una manera u otra.
En general, que este Gobierno fracase es buena noticia, porque las únicas leyes que es capaz de aprobar son las que favorecen a los independentistas y, por definición y por pura lógica, perjudican al resto de España. Basta citar la amnistía o el concierto económico con Cataluña como ejemplos y, por supuesto también, la ley de RTVE que, esta sí, ha puesto de acuerdo a todos sus socios y ha salido adelante por la sencilla razón de que todos ellos y sólo ellos obtienen un beneficio de la norma. Todos logran su asiento en el Consejo de Administración de TVE, colocan a algún enchufado con sueldazo, despacho y secretaria, y de paso marginan al PP. Los de Feijóo pese a ser la fuerza mayoritaria en el Congreso y en el Senado pasan a ser irrelevantes.
Ese es el talante antidemocrático de Pedro Sánchez para el que cualquier maniobra, por bajuna que sea, está justificada si él saca rendimiento político. Esta es la ley que se aprobó en primera instancia el 30 de octubre, con decenas de fallecidos en Valencia por la DANA y el PSOE empecinado en llevar adelante el debate y que este jueves se ha aprobado definitivamente en el Congreso.
Así que ya sabemos que vamos a tener la TVE más intervenida de la historia, con 11 de los 15 consejeros de izquierdas porque el PSOE cambió la ley para adaptarla como un guante a su aritmética parlamentaria en el Congreso. Pero todo esto, claro está, no se lo van a contar en TVE.